“El Mississippi, desde hace mucho tiempo, forma parte de mi pasado. Traerlo continuamente al presente es agotador. Me aburre”

[Por María José Solano]

Nacido el 16 de noviembre de 1951 Pepe Navarro tenía dos años cuando viaja a Sabadell con sus padres, mas tarde se trasladan a Francia. A los años regresaría de nuevo, con 17 años comenzó a trabajar tras interrumpir sus estudios, que luego retomaría mientras ejercía los más diversos trabajos en Barcelona. Con su propio dinero, se paga los estudios de Guión, redacción y locución. Allí hace su primer programa, Bienvenidos a la música. Inicia sus estudios de Derecho y compagina el servicio militar con el trabajo en Radio Manresa. Estudiaría Periodismo y cursaría el segundo curso de la carrera de Derecho.

Polémico e innovador, el periodismo de Pepe Navarro marcó una época, y sigue influyendo en la forma en la que se hace televisión hoy en día. Se hizo a sí mismo y a lado nacieron grandes estrellas del mundo de la radio, la televisión, y hasta del mundo del cine, como Javier Bardem y Santiago Segura. En 1995 es fichado por Telecinco y comienza el mítico programa Esta noche cruzamos el Mississippi, con el que el periodista se convirtió en precursor y emperador del late night, creando un formato nuevo en la televisión española.

“Cuando tienes 20 años, todo es posible ahí afuera y ahora no tanto; pero a pesar de todo, yo sigo dispuesto a la vida”

Pregunta.- ¿Echa usted de menos algo de aquella vida?

Respuesta.- No y no me hables de usted, por favor (dice, despreocupado, eligiendo del platillo de los frutos secos la pieza del sacrificio. La cerveza helada encaja con el ambiente de barra de bar, aparentemente despreocupado, que el periodista despliega frente a mi grabadora y bajo la cúpula de cristal de la rotonda del Palace). No me preocupa el pasado, la verdad, sino el futuro, pero, sobre todo, el presente. Y, es más, no hay día en el que no me recuerden tres o cuatro veces El Mississippi. Aquel exitoso programa, desde hace mucho tiempo, forma parte de mi pasado. Traerlo continuamente al presente es agotador. Me aburre.

Pregunta.- Sin embargo, la autografía que usted publicó hace unos años llevaba precisamente ese título, “La leyenda del Mississippi”.

Respuesta.- Lo que traté de hacer en el libro fue una labor casi didáctica. En cuarenta años de carrera periodística aprendí algunas cosas y creía que era mi obligación dejar un legado. En todos esos años, hice cosas que funcionaron; ensayé cosas que probablemente otros no han hecho, y bueno, a tenor de los resultados quise fijar por escrito el proceso de esa experiencia.

Pregunta.- Y ese libro, como no podía ser de otra manera viniendo de Pepe Navarro, nació con polémica.

Respuesta.- Bueno. Como suele pasar en España, alguien de la noche a la mañana, decide que no le interesa mi libro, y lo hace desaparecer. Simplemente. (Pepe Navarro resume en una frase algo mucho más complicado de contar. En su libro “La leyenda del Mississippi” el periodista se despachó a gusto contando su versión de lo que pasó en esos años televisivos con datos y conversaciones que el público no conocía mientras repasaba su trayectoria vital y profesional. Todo o casi todo queda plasmado en esta obra que desvela algunos de los episodios más oscuros de la historia de los medios de comunicación españoles).

Pregunta.- ¿Simplemente?

Respuesta.- Si; así es como funciona el poder en este país. En mi profesión siempre te enfrentas a poderes y siempre hay alguien te tiene la capacidad de decidir en algunos aspectos de tu vida. En este caso, en el Grupo Planeta había alguien que decidió que mi libro no se podía publicar, tenía capacidad para hacerlo y lo hizo. Y no solo eso; sino que Planeta me demandó, a mí no me llegó nunca la notificación, fueron pasando los plazos procesales y un día me encontré un embargo en mi cuenta de 25.000 euros. Esa es, en pocas palabras, la historia del libro.

Pregunta.- Durante muchos años, casi todo lo que Pepe Navarro tocaba en periodismo (radio o televisión) se convertía en éxito. ¿Había algún secreto?

Respuesta.- Que nunca te planteas el éxito como objetivo, sino que lo que quieres es pasártelo bien haciendo algo que sabes hacer. Esta profesión es una forma de vida; yo he te nido la suerte de hacer algo que me apasionaba; viajar, conocer gente, inventar y provocar. Cuando tienes ese entusiasmo y la posibilidad de comunicarlo a un equipo de gente con talento (porque sin equipo no se puede hacer absolutamente nada), tienes muchas posibilidades de hacer cosas interesantes. Y yo la tuve.

“Por muchas vueltas que le des, si quieres enganchar o enamorar a la gente, no te sirven las imágenes; tienes que poner detrás de la pantalla a un ser humano con carisma”

Pregunta.- ¿Qué ve Pepe Navarro hoy en la televisión?

Respuesta.- ¡¿Qué veo?!(risas)Nada. El fútbol y últimamente ando enganchado a las plataformas y he descubierto series sensacionales, sobre todo una que siempre recomiendo: Escobar, el patrón del mal. La interpretación de esa gente es descomunal.

Pregunta.- Para bien o para mal, ¿No te interesa ningún programa periodístico actual?

Respuesta.- Es que tampoco hay demasiados temas interesantes. Y cuando algo de verdad me interesa lo suficiente como para prestarle atención, acudo a las revistas especializadas o a canales a la carta en las numerosas plataformas en red.

Pregunta.- ¿Tampoco te interesan ya los programas de entretenimiento?

Respuesta.- Pues con cuatro hijos, tengo el entretenimiento asegurado(risas).

Pregunta.- Pues no es la imagen de padre sentado haciendo los deberes con sus hijos precisamente la que pueda quedar en la mente de los españoles de Pepe Navarro.

Respuesta.- No te creas; no te creas; no se me ha dado del todo mal… (risas).

Pregunta.- ¿Qué se le da mejor a Pepe Navarro, el periodismo o las mujeres?

Respuesta.- Ni una cosa ni la otra. Yo estoy aprendiendo siempre. (más risas).

Pregunta.- ¿Qué te queda por hacer?

Respuesta.- Joer. Si lo supiese, lo haría. Yo estoy siempre haciendo cosas e intentando buscar. Es verdad que a ciertas edades uno está más acotado. Cuando tienes 20 años, todo es posible ahí afuera y ahora no tanto; pero a pesar de todo, yo sigo dispuesto a la vida.

Pregunta.- ¿Qué harías hoy en televisión, si te dejaran?

Respuesta.- Yo soy un profesional y no pierdo le tiempo especulando. Cuando me hagan una oferta, me sentaré y lo prepararé.

Pregunta.- De esa larga biografía que casi no cabe en Wikipedia, ¿de qué te sientes más orgulloso?

Respuesta.- De mis hijos. De que mis cuatro hijos se adoren y se quieran. Piensa que dos son hijos de una mujer y otros dos, de otra. Pero entre ellos son hermanos entrañables, y que estén unidos es uno de mis grandes logros.

Pregunta.- ¿Y en lo profesional?

Respuesta.- Pues yo creo que todavía está por hacer. Necesito creer que tengo la posibilidad de sentirme orgulloso de algo que pueda llevar a cabo profesionalmente en el futuro. Pero si he de revolver mi equipaje de casi cuarenta años de profesión buscando algo, te diré que la mejor parte es haber compartido mi trabajo con gente de talento. Aquellas orgías de talentos dispares, además de ser muy rentables para todos, incluido el numerosísimo público que nos seguía, eran divertidísimas.

Pregunta.- ¿La televisión de hoy da para esos talentos de entonces?

Respuesta.- No. El talento yo creo que en este instante está dedicado a la creación de ficción. Digamos que la televisión puede dividirse en tres facetas; información, entretenimiento y ficción. La información se ha estancado; siempre es la misma. Los telediarios no han evolucionado absolutamente nada; bueno, algunos en vez de estar sentados, dan las noticias de pie, pero eso no aporta nada al mensaje. Al revés. Yo creo que eso coarta el mensaje. Al fin y al cabo, las cosas interesantes se cuentan mirando a los ojos, nunca desde la lejanía. Después, el entretenimiento ha sufrido una involución tremenda, pues se ha eliminado la creatividad. La televisión en España no se hace a través de gente creativa, sino por funcionarios del guion. Fíjate que ahora mismo todo son “formatos”. Apenas hay programas creados por alguien…alguno suelto que, más o menos honra esta profesión, pero nada más.

Pregunta.- Programas de TV elaborados en despachos.

Respuesta.- Exactamente. Los formatos prefabricados en despachos se controlan fácilmente y funcionan casi solos. Además, en este país solo hay dos empresas de televisión que son las que en estos momentos monopolizan el medio, y les da igual hacer la televisión que sea, pues tienen una cantidad de dinero garantizada al año. El duopolio asfixia el esfuerzo; no se asumen riesgos ni compromisos, y, por consiguiente, la posibilidad de aparición de personalidades televisivas singulares o con carisma, queda prácticamente anulada.

Pregunta.- ¿No ocurre lo mismo en otros países?

Respuesta.- Bueno, los casos que mejor conozco, por experiencia propia, son el español y el norteamericano. Allí, por ejemplo, cada cadena tiene cuatro o cinco personalidades bien definidas, clarísimas y que arrastran masas. Aquí eso se ha eliminado, sin embargo, se da una tremenda paradoja, pues en el medio del futuro o mejor dicho, del presente, que es internet, las plataformas que están creando los grandes monstruos de las redes (Amazon, Facebook, Google…), pagan cifras millonarias por conseguir precisamente a bloggers o youtubers… o sea, a las personalidades singulares que arrastran a millones de seguidores. ¿Y por qué? Por lo de siempre. Porque estamos hablando de medios de comunicación, y solo comunica el ser humano. Por muchas vueltas que le des, si quieres enganchar o enamorar a la gente, no te sirven las imágenes; tienes que poner detrás de la pantalla a un ser humano con carisma. El problema es que nos hemos olvidado de la esencia de la comunicación, que es muy sencilla y tan vieja como el mundo: llega un señor, te mira a los ojos y te cuenta una historia. Tú te la crees o no te la crees, lo amas o lo odias, pero esto funciona así. Sin personalidades carismáticas es imposible la comunicación de calidad.

“mi trabajo me obligaba a mirar el entorno de manera diferente. Y esa mirada sí la echo bastante de menos”

Pregunta.- ¿Te refieres a todos los medios o solo a la televisión?

Respuesta.- El gran problema y a la vez gran ventaja de la televisión, es que es un medio capaz de transmitir emociones permanentemente. La escritura es constructiva, exige y permite la reflexión. Pero la forma en la que dices las cosas en un medio oral requiere de un arsenal de lenguaje no verbal (risa; mirada, tono, pausa…), que va a incidir de forma muy directa en la gente que mira. Y no todo el mundo es capaz de reunir talento para eso.

Pregunta.- Después de haber sido un animal televisivo, ¿cómo se hace el tránsito?

Respuesta.- ¿El tránsito a qué?

Pregunta.- A una vida sin toda aquella adrenalina.

Respuesta.- No se hace el tránsito. En mi caso me he visto obligado a ello; sin opciones ni alternativas. Aunque a esta edad uno ya distingue perfectamente el personaje de la persona, lo cual ayuda a colocarte en un terreno más neutral. De todas maneras, lo que sí es cierto es que mi trabajo me obligaba a mirar el entorno de manera diferente. Y esa mirada sí la echo bastante de menos.

Pregunta.- Una última pregunta. Siempre quise saber qué había en esa taza que tenías sobre la mesa del plató de “Esta noche cruzamos el Mississippi”.

Respuesta.- De todo menos agua

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