“En las encrucijadas, hay apostado un centinela con el fusil al hombro” describía Agustí Calvet en sus recuerdos como testigo de los campos de guerra de la Primera Guerra Mundial. Cien años más tarde, hay imágenes de la vida militar que permanecen fijas, como la de este otro centinela que se mantiene alerta lejos de su casa, en uno de esos “puntos calientes”, como lo describiría cualquier medio de comunicación de hoy día, que nos recuerdan lo fragil que puede llegar a ser la vida cuando el ser humano se abandona a su maldad.





