Entrevista a Pepe Navarro

“El Mississippi, desde hace mucho tiempo, forma parte de mi pasado. Traerlo continuamente al presente es agotador. Me aburre”

[Por María José Solano]

Nacido el 16 de noviembre de 1951 Pepe Navarro tenía dos años cuando viaja a Sabadell con sus padres, mas tarde se trasladan a Francia. A los años regresaría de nuevo, con 17 años comenzó a trabajar tras interrumpir sus estudios, que luego retomaría mientras ejercía los más diversos trabajos en Barcelona. Con su propio dinero, se paga los estudios de Guión, redacción y locución. Allí hace su primer programa, Bienvenidos a la música. Inicia sus estudios de Derecho y compagina el servicio militar con el trabajo en Radio Manresa. Estudiaría Periodismo y cursaría el segundo curso de la carrera de Derecho.

Polémico e innovador, el periodismo de Pepe Navarro marcó una época, y sigue influyendo en la forma en la que se hace televisión hoy en día. Se hizo a sí mismo y a lado nacieron grandes estrellas del mundo de la radio, la televisión, y hasta del mundo del cine, como Javier Bardem y Santiago Segura. En 1995 es fichado por Telecinco y comienza el mítico programa Esta noche cruzamos el Mississippi, con el que el periodista se convirtió en precursor y emperador del late night, creando un formato nuevo en la televisión española.

“Cuando tienes 20 años, todo es posible ahí afuera y ahora no tanto; pero a pesar de todo, yo sigo dispuesto a la vida”

Pregunta.- ¿Echa usted de menos algo de aquella vida?

Respuesta.- No y no me hables de usted, por favor (dice, despreocupado, eligiendo del platillo de los frutos secos la pieza del sacrificio. La cerveza helada encaja con el ambiente de barra de bar, aparentemente despreocupado, que el periodista despliega frente a mi grabadora y bajo la cúpula de cristal de la rotonda del Palace). No me preocupa el pasado, la verdad, sino el futuro, pero, sobre todo, el presente. Y, es más, no hay día en el que no me recuerden tres o cuatro veces El Mississippi. Aquel exitoso programa, desde hace mucho tiempo, forma parte de mi pasado. Traerlo continuamente al presente es agotador. Me aburre.

Pregunta.- Sin embargo, la autografía que usted publicó hace unos años llevaba precisamente ese título, “La leyenda del Mississippi”.

Respuesta.- Lo que traté de hacer en el libro fue una labor casi didáctica. En cuarenta años de carrera periodística aprendí algunas cosas y creía que era mi obligación dejar un legado. En todos esos años, hice cosas que funcionaron; ensayé cosas que probablemente otros no han hecho, y bueno, a tenor de los resultados quise fijar por escrito el proceso de esa experiencia.

Pregunta.- Y ese libro, como no podía ser de otra manera viniendo de Pepe Navarro, nació con polémica.

Respuesta.- Bueno. Como suele pasar en España, alguien de la noche a la mañana, decide que no le interesa mi libro, y lo hace desaparecer. Simplemente. (Pepe Navarro resume en una frase algo mucho más complicado de contar. En su libro “La leyenda del Mississippi” el periodista se despachó a gusto contando su versión de lo que pasó en esos años televisivos con datos y conversaciones que el público no conocía mientras repasaba su trayectoria vital y profesional. Todo o casi todo queda plasmado en esta obra que desvela algunos de los episodios más oscuros de la historia de los medios de comunicación españoles).

Pregunta.- ¿Simplemente?

Respuesta.- Si; así es como funciona el poder en este país. En mi profesión siempre te enfrentas a poderes y siempre hay alguien te tiene la capacidad de decidir en algunos aspectos de tu vida. En este caso, en el Grupo Planeta había alguien que decidió que mi libro no se podía publicar, tenía capacidad para hacerlo y lo hizo. Y no solo eso; sino que Planeta me demandó, a mí no me llegó nunca la notificación, fueron pasando los plazos procesales y un día me encontré un embargo en mi cuenta de 25.000 euros. Esa es, en pocas palabras, la historia del libro.

Pregunta.- Durante muchos años, casi todo lo que Pepe Navarro tocaba en periodismo (radio o televisión) se convertía en éxito. ¿Había algún secreto?

Respuesta.- Que nunca te planteas el éxito como objetivo, sino que lo que quieres es pasártelo bien haciendo algo que sabes hacer. Esta profesión es una forma de vida; yo he te nido la suerte de hacer algo que me apasionaba; viajar, conocer gente, inventar y provocar. Cuando tienes ese entusiasmo y la posibilidad de comunicarlo a un equipo de gente con talento (porque sin equipo no se puede hacer absolutamente nada), tienes muchas posibilidades de hacer cosas interesantes. Y yo la tuve.

“Por muchas vueltas que le des, si quieres enganchar o enamorar a la gente, no te sirven las imágenes; tienes que poner detrás de la pantalla a un ser humano con carisma”

Pregunta.- ¿Qué ve Pepe Navarro hoy en la televisión?

Respuesta.- ¡¿Qué veo?!(risas)Nada. El fútbol y últimamente ando enganchado a las plataformas y he descubierto series sensacionales, sobre todo una que siempre recomiendo: Escobar, el patrón del mal. La interpretación de esa gente es descomunal.

Pregunta.- Para bien o para mal, ¿No te interesa ningún programa periodístico actual?

Respuesta.- Es que tampoco hay demasiados temas interesantes. Y cuando algo de verdad me interesa lo suficiente como para prestarle atención, acudo a las revistas especializadas o a canales a la carta en las numerosas plataformas en red.

Pregunta.- ¿Tampoco te interesan ya los programas de entretenimiento?

Respuesta.- Pues con cuatro hijos, tengo el entretenimiento asegurado(risas).

Pregunta.- Pues no es la imagen de padre sentado haciendo los deberes con sus hijos precisamente la que pueda quedar en la mente de los españoles de Pepe Navarro.

Respuesta.- No te creas; no te creas; no se me ha dado del todo mal… (risas).

Pregunta.- ¿Qué se le da mejor a Pepe Navarro, el periodismo o las mujeres?

Respuesta.- Ni una cosa ni la otra. Yo estoy aprendiendo siempre. (más risas).

Pregunta.- ¿Qué te queda por hacer?

Respuesta.- Joer. Si lo supiese, lo haría. Yo estoy siempre haciendo cosas e intentando buscar. Es verdad que a ciertas edades uno está más acotado. Cuando tienes 20 años, todo es posible ahí afuera y ahora no tanto; pero a pesar de todo, yo sigo dispuesto a la vida.

Pregunta.- ¿Qué harías hoy en televisión, si te dejaran?

Respuesta.- Yo soy un profesional y no pierdo le tiempo especulando. Cuando me hagan una oferta, me sentaré y lo prepararé.

Pregunta.- De esa larga biografía que casi no cabe en Wikipedia, ¿de qué te sientes más orgulloso?

Respuesta.- De mis hijos. De que mis cuatro hijos se adoren y se quieran. Piensa que dos son hijos de una mujer y otros dos, de otra. Pero entre ellos son hermanos entrañables, y que estén unidos es uno de mis grandes logros.

Pregunta.- ¿Y en lo profesional?

Respuesta.- Pues yo creo que todavía está por hacer. Necesito creer que tengo la posibilidad de sentirme orgulloso de algo que pueda llevar a cabo profesionalmente en el futuro. Pero si he de revolver mi equipaje de casi cuarenta años de profesión buscando algo, te diré que la mejor parte es haber compartido mi trabajo con gente de talento. Aquellas orgías de talentos dispares, además de ser muy rentables para todos, incluido el numerosísimo público que nos seguía, eran divertidísimas.

Pregunta.- ¿La televisión de hoy da para esos talentos de entonces?

Respuesta.- No. El talento yo creo que en este instante está dedicado a la creación de ficción. Digamos que la televisión puede dividirse en tres facetas; información, entretenimiento y ficción. La información se ha estancado; siempre es la misma. Los telediarios no han evolucionado absolutamente nada; bueno, algunos en vez de estar sentados, dan las noticias de pie, pero eso no aporta nada al mensaje. Al revés. Yo creo que eso coarta el mensaje. Al fin y al cabo, las cosas interesantes se cuentan mirando a los ojos, nunca desde la lejanía. Después, el entretenimiento ha sufrido una involución tremenda, pues se ha eliminado la creatividad. La televisión en España no se hace a través de gente creativa, sino por funcionarios del guion. Fíjate que ahora mismo todo son “formatos”. Apenas hay programas creados por alguien…alguno suelto que, más o menos honra esta profesión, pero nada más.

Pregunta.- Programas de TV elaborados en despachos.

Respuesta.- Exactamente. Los formatos prefabricados en despachos se controlan fácilmente y funcionan casi solos. Además, en este país solo hay dos empresas de televisión que son las que en estos momentos monopolizan el medio, y les da igual hacer la televisión que sea, pues tienen una cantidad de dinero garantizada al año. El duopolio asfixia el esfuerzo; no se asumen riesgos ni compromisos, y, por consiguiente, la posibilidad de aparición de personalidades televisivas singulares o con carisma, queda prácticamente anulada.

Pregunta.- ¿No ocurre lo mismo en otros países?

Respuesta.- Bueno, los casos que mejor conozco, por experiencia propia, son el español y el norteamericano. Allí, por ejemplo, cada cadena tiene cuatro o cinco personalidades bien definidas, clarísimas y que arrastran masas. Aquí eso se ha eliminado, sin embargo, se da una tremenda paradoja, pues en el medio del futuro o mejor dicho, del presente, que es internet, las plataformas que están creando los grandes monstruos de las redes (Amazon, Facebook, Google…), pagan cifras millonarias por conseguir precisamente a bloggers o youtubers… o sea, a las personalidades singulares que arrastran a millones de seguidores. ¿Y por qué? Por lo de siempre. Porque estamos hablando de medios de comunicación, y solo comunica el ser humano. Por muchas vueltas que le des, si quieres enganchar o enamorar a la gente, no te sirven las imágenes; tienes que poner detrás de la pantalla a un ser humano con carisma. El problema es que nos hemos olvidado de la esencia de la comunicación, que es muy sencilla y tan vieja como el mundo: llega un señor, te mira a los ojos y te cuenta una historia. Tú te la crees o no te la crees, lo amas o lo odias, pero esto funciona así. Sin personalidades carismáticas es imposible la comunicación de calidad.

“mi trabajo me obligaba a mirar el entorno de manera diferente. Y esa mirada sí la echo bastante de menos”

Pregunta.- ¿Te refieres a todos los medios o solo a la televisión?

Respuesta.- El gran problema y a la vez gran ventaja de la televisión, es que es un medio capaz de transmitir emociones permanentemente. La escritura es constructiva, exige y permite la reflexión. Pero la forma en la que dices las cosas en un medio oral requiere de un arsenal de lenguaje no verbal (risa; mirada, tono, pausa…), que va a incidir de forma muy directa en la gente que mira. Y no todo el mundo es capaz de reunir talento para eso.

Pregunta.- Después de haber sido un animal televisivo, ¿cómo se hace el tránsito?

Respuesta.- ¿El tránsito a qué?

Pregunta.- A una vida sin toda aquella adrenalina.

Respuesta.- No se hace el tránsito. En mi caso me he visto obligado a ello; sin opciones ni alternativas. Aunque a esta edad uno ya distingue perfectamente el personaje de la persona, lo cual ayuda a colocarte en un terreno más neutral. De todas maneras, lo que sí es cierto es que mi trabajo me obligaba a mirar el entorno de manera diferente. Y esa mirada sí la echo bastante de menos.

Pregunta.- Una última pregunta. Siempre quise saber qué había en esa taza que tenías sobre la mesa del plató de “Esta noche cruzamos el Mississippi”.

Respuesta.- De todo menos agua

Entrevista a José Luis Martínez-Almeida

“La Historia debe estar en manos de los historiadores; no se puede aplicar a golpe de ley”

[Por Jesús Fernández Úbeda]

José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) es alcalde de la capital del Reino, «castillo famoso / que al rey moro alivia el miedo» (Moratín), desde el pasado 15 de junio, cuando fue investido con el apoyo de los 15 concejales del PP –su partido–, los 11 de Cs y los 4 de Vox. Benjamín de una familia de seis hermanos, nieto de José Luis Navascués –dueño de los estudios Chamartín, ganador del Oso de Plata de la Berlinale en 1955 por producir Marcelino pan y vino–, abogado de profesión,«aguirrista» declarado y colchonero, en su programa electoral incluyó propuestas relacionadas con la recuperación o el estudio de la Historia, como «reivindicar nuestras raíces culturales y religiosas» o «promover una comisión de conmemoraciones culturales». Por ello, FD Magazine lo entrevistó dos días antes del 12 de Octubre, Fiesta Nacional y Día de la Hispanidad, en la única sala del Ayuntamiento de la Villa que no ha sido reformada. En el encuentro, el regidor mostró una humildad, una sencillez y una simpatía sorprendentes, y conversamos sobre política, digamos, histórica-cultural y, especialmente, sobre Historia de España.

No hay que hacer reivindicaciones folclóricas, pero tampoco alimentar una leyenda negra injustificada

Pregunta.- Si yo le digo Augusto Ferrer-Dalmau, usted me dice…

Respuesta.- Tipo especial. En su forma de vida, en su forma de entender el arte, en lo que se ha dedicado. Es una de esas personas que merece la pena conocer en la vida.

Pregunta.- Señor Martínez-Almeida, ¿qué me puede contar sobre la estatua de los Tercios que ha diseñado el pintor de batallas?

Respuesta.- Va a ser una suerte para Madrid poder disponer de una estatua de los Tercios y que el boceto lo haya hecho precisamente Augusto Ferrer-Dalmau, y que, por otra parte, el escultor sea Salvador Amaya, quien también ha hecho la estatua de los Héroes de Bailén, que se va a inaugurar próximamente. Madrid, como capital de la nación, debe tener ese homenaje a los Tercios.

Pregunta.- Pasado mañana celebraremos la Fiesta Nacional, el Día de la Hispanidad. ¿Qué representa para usted esta fecha?

Respuesta.- Lo mejor de la Historia de España. Un resumen de lo que ha supuesto España en la Historia de la Humanidad. Creo que, por tanto, debemos sentirnos muy orgullosos de que en 1492 fuéramos capaces de conseguir esa gesta: cruzar el océano Atlántico, descubrir un continente entero, posteriormente, una conquista que yo no definiría como «conquista» en términos militares, porque, realmente, conseguimos trasladar una cultura a todo un continente…

Pregunta.- ¿Y qué representa el 12 de Octubre para la ciudad de Madrid?

Respuesta.- Es la capital de la nación. Ese es un legado que tenemos que saber valorar, saber acrecentar y que, desde luego, tenemos que trasladar a los madrileños que somos la orgullosa capital de la nación. Uno de los ejes de mi campaña electoral fue, precisamente, recuperar esa identidad de orgullo de Madrid como capital de la nación. Por eso, el primer bando que he dictado como alcalde lo he dedicado al 12 de Octubre, animando a los madrileños a que salgan a las calles a celebrar junto a Sus Majestades los Reyes, las Fuerzas Armadas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado esta fiesta.

Pregunta.- Hablemos de los aspectos histórico-culturales que planteaba en su programa electoral. Usted proponía reivindicar «nuestras raíces culturales y religiosas». ¿Cuáles son? ¿Y cómo reivindicarlas?

Respuesta.- Hay que reivindicar el humanismo cristiano que, por cierto, bebe también de las fuentes de Grecia y de Roma, que son antecedentes necesarios para entender la conformación de España como nación. Tenemos que reivindicarlas no en el sentido religioso meramente, eso es una cuestión que pertenece a cada uno, pero sí como parte de la identidad de la nación que hemos construido a lo largo de los siglos y que, por tanto, no podemos olvidar ni ignorar ni despreciar ni arrinconar, que es lo que por parte de determinados sectores de la sociedad española siempre se ha pretendido. Yo no pretendo una reivindicación, como no puede ser de otra manera, del nacional-catolicismo. Ni mucho menos. Pretendo reivindicar los rasgos esenciales que definen la identidad cultural, social, histórica de España y, entre esos rasgos, están Grecia, Roma, el humanismo cristiano, el descubrimiento de América, el Siglo de Oro o el desastre de 1898 y sus consecuencias. No cabe duda de que España, con más luces que sombras, ha sido una de las naciones que han forjado la civilización y la Historia de la Humanidad. Por eso debemos sentirnos profundamente orgullosos de ser españoles. Esto no quiere decir que desconozcamos que hemos cometido errores, que en ocasiones hemos cometido acciones sin ningún tipo de justificación, pero lo que no podemos hacer es destruir de donde venimos. Porque si lo hacemos, ignoramos nuestras raíces, llegaremos a una tierra de nadie.

Pregunta.- Tengo la sensación, puede que equivocada, de que la izquierda sólo se ocupa, cuando no se obsesiona, de las miserias, de los rincones oscuros de la Historia de España, de los asesinos, los ladrones y los puteros, obviando lo bueno y lo noble, mientras que la derecha no hace otra cosa que fabricar héroes, santificar, revitalizar épicas, apartar lo que nos mancha. ¿Lo comparte?

Respuesta.- Hay que matizar. No toda la izquierda participa de esa concepción de España. Buena parte de la izquierda, y así se demostró en la II República y en la Guerra Civil, defendía una determinada concepción de España que no ignoraba lo que era España, que no pretendía suprimir nuestras raíces. Por otra parte, hay una derecha que cree que todo lo que hemos hecho en la Historia es extraordinario, y, como toda gran nación, y no hay muchas que puedan calificarse como grandes naciones en los términos que históricamente se pueden asignar a España, no ha habido un imperio con la extensión del de España que haya durado lo que el imperio español. Por tanto, digo que hay que hacer un análisis ecuánime de la Historia. No hay que hacer reivindicaciones folclóricas, pero tampoco alimentar una leyenda negra injustificada. Y eso se da en los extremos, tanto a la derecha como a la izquierda, y eso no se puede hacer. No podemos obviar que España está situada en uno de los grandes lugares de la Historia, y no por haber hecho todo mal, sino porque ha logrado grandes gestas. Pero esas grandes gestas no están exentas de miseria. Lo que sí digo es que podemos sentirnos orgullosos de ser españoles y de pertenecer a una nación como España.

Pregunta.- También pretende promover una comisión de conmemoraciones culturales. ¿Qué baraja conmemorar?

Respuesta.- Tenemos que recuperar buena parte de la historia y de la cultura de España y tratar de transmitirlo a las generaciones venideras. Creo que ha habido una parte de la izquierda, sinceramente lo pienso, que ha hecho un esfuerzo demoledor en términos de deconstrucción histórica de España y, por tanto, de demonización de muchos episodios que no tienen nada de demonios y que son buenas gestas. Por tanto, aquella parte de la izquierda que tilda el descubrimiento de América de lamentable, de genocidio, de masacre, etcétera, transmite una idea que no se corresponde con la realidad. Han causado daño aquellos que dicen que la Reconquista fue un ejercicio de barbarie contra aquellos que nos habían traído los mejores valores culturales, teniendo en cuenta que casi toda nuestra herencia era romana, que no es mala herencia, por cierto. Y es obvio que existe una leyenda negra sobre España y que no se ha hecho únicamente fuera: se ha hecho intramuros. Por eso hay que generar no una comisión de exaltación, sino de conmemoraciones culturales. Por ejemplo, el año que viene la haremos sobre Benito Pérez Galdós.

Pregunta.- El 4 de enero, centenario de su muerte.

Respuesta.- Justo. Me parece muy razonable que lo hagamos. O la estatua de los Tercios. Son episodios que tenemos que reivindicar y que tenemos que transmitir frente a ese ejercicio de propaganda masivo que ha habido por parte de determinados sectores habitualmente identificados con la izquierda, para qué negarlo. (Piensa) El otro día estuve reunido con Chani Pérez Henares y con Isabel San Sebastián. Y me lo explicitaron de un modo que me parece muy acertado. Me hablaron del patriotismo cultural. Y me parece muy razonable plantearlo en esos términos. Entiendo las discrepancias sobre el concepto de España o sobre cómo entender la historia de la nación en su conjunto, pero si hablamos de patriotismo cultural, parece difícil discutir que no tengamos una cultura y un legado que no podamos transmitir.

Pregunta.- No se puede mirar la Historia desde el presentismo, esa peste que está tan de moda y que parece que va para rato.

Respuesta.- Va para largo, sí. No podemos juzgar actitudes y conductas que se produjeron hace una serie de siglos, conforme a una serie de usos, normas y costumbres que en aquel momento había. Por algo la civilización progresa. La civilización debe superar aquellos comportamientos que, efectivamente, se comprueba que no se ajustan. No hay que olvidar que la sala de las Naciones Unidas en la que se tratan los Derechos Humanos tiene un nombre: Francisco de Vitoria. ¡Se llama Francisco de Vitoria, que fue el primero, con la Escuela de Salamanca, que promulga la primera teoría sobre los Derechos Humanos! De la cual, por cierto, procede que a diferencia del imperio anglosajón, nosotros no tuvimos ningún problema en mezcolanza. Absolutamente ninguno.

Pregunta.- ¿Qué es Madrid Otra Mirada?

Respuesta.- Es un programa que se impulsa desde el Ayuntamiento mediante el cual pretendemos abrir una serie de edificios históricos para que los madrileños puedan visitarlos. Por ejemplo: el Convento de las Comendadoras. Es una maravilla. Gran parte de lo que es la Historia de España está en ese convento, en la Sacristía de los Caballeros. Y, como las Comendadoras, tantos edificios por los cuales pasamos muchas veces y, con suerte, nos preguntamos: «¿Qué hay dentro?». Pero no nos planteamos entrar. Desde el Ayuntamiento, decimos: «Oye, échale una mirada de verdad. Te los vamos a explicar. Merece la pena entrar».

Pregunta.- ¿La Historia de España tiene un plus de originalidad con respecto a la de otros países?

Respuesta.- Por España han pasado todos. Entre unas cosas y otras, tenemos un cruce de culturas muy importante. Y creo que esa diversidad bien entendida, no la diversidad de la que habla la izquierda, ha forjado un determinado carácter que es original. Luego, los españoles, al final tardamos siete siglos, pero reconquistamos España. Después, descubrimos América. Después, dominamos prácticamente Europa y nos fuimos hacia Asia, donde dominamos Filipinas. Acabamos de conmemorar que un español culminó la circunnavegación del mundo. Y luego, durante 150-200 años, dominamos el mundo.

Pregunta.- Y luego, lo mandamos todo al carajo.

Respuesta.- Hicimos lo que tanto nos encanta hacer a los españoles: mandarlo todo al carajo y echarnos la culpa los unos a los otros. Eso sí, también digo una cosa, y es muy importante del carácter español: nos estaremos pegando, pero, al final, cuando nos agreden a uno, muchas veces nos agreden a todos, y salimos en defensa del agredido.

Pregunta.- Qué optimista es, alcalde.

Respuesta.- No, no. En Madrid tenemos un buen ejemplo: el Dos de Mayo de 1808.

Pregunta.- Entonces no había Twitter.

Respuesta.- También es verdad (risas). Luego, tenemos ese espíritu quijotesco que ha dado gestas militares muy importantes, que son difíciles en otros países.

Pregunta.- ¿Cuál es el episodio de nuestra Historia que más le llama la atención?

Respuesta.- Me fascinan desde pequeño Juan de Austria y la Batalla de Lepanto. Se junta un poco todo: el choque de culturas, cómo se configura la armada, la Santa Alianza, cómo el Papa decide que tiene que ser Juan de Austria, toda la batalla, la llegada al golfo de Tarento, la leyenda de que si no hubieran llegado, los turcos definitivamente hubieran dominado Europa, que Cervantes estuviera en esa batalla y la pudiera glosar… Si luego me dices: «Sé un poco políticamente correcto», el Dos de Mayo de 1808.

Pregunta.- ¿Y alguno que le desagrade?

Respuesta.- Me desagrada profundamente la Guerra Civil. Profundamente. Fue un fracaso de todos. No tenía justificación que llegásemos a ese punto.

Pregunta.- Ley, memoria e Historia: ¿son palabras que encajan bien?

Respuesta.- La memoria no puede ser histórica en los términos planteados por José Luis Rodríguez Zapatero. Primero, la memoria o, mejor dicho, la Historia debe estar en manos de los historiadores. La Historia no se puede aplicar a golpe de ley. No se puede decir qué versión de la Historia es buena y qué versión es mala. No se puede distinguir entre buenos y malos exclusivamente porque estuvieran adscritos a uno u otro bando, entre otras cosas, porque unos estaban adscritos a uno o a otro bando por pura obligación y, por tanto, es muy difícil defender eso. Nadie dice que no haya que reparar heridas, que no haya que dar digna sepultura a todos los que murieron, que no se cometieran profundas injusticias que, en la medida de nuestras posibilidades, se tienen que resolver. Pero la Ley de Memoria Histórica dice que unos fueron los buenos y otros los malos, y yo discrepo con que unos fueran los buenos y otros los malos.

Pregunta.- Sé que usted no estaba en aquel Ejecutivo, pero el Gobierno de Rajoy, con mayoría absoluta, no la tocó.

Respuesta.- Y creo que nos equivocamos. Y ya que había que derogarla, a lo mejor procedía hacer una ley de verdadera reconciliación. Ya que se hace una ley, aunque yo no soy partidario de hacer una ley para estas cosas, porque la Historia hay que dejársela a los historiadores, pero sí es cierto que hay cosas pendientes, cosas que resolver, pues que se resuelvan con una ley que busque la reconciliación. Es asombroso, pero, al final, los nietos están abriendo las heridas que los abuelos cerraron. Los que no vivieron la guerra están abriendo las heridas que cerraron los que la vivieron.

Pregunta.- ¿El nacionalismo se ha apropiado del relato histórico?

Respuesta.- Creo que el nacionalismo, primero, ha falseado un relato. El nacionalismo periférico ha falseado un relato. Yo creo que todo el mundo sabe que lo que sucedió en Cataluña fue una guerra entre españoles: unos que estaban con el archiduque Carlos y otros que estaban con Felipe de Anjou. Es así de sencillo. Rafael Casanova no combatió por la república catalana o por una monarquía catalana. Combatió por el archiduque Carlos y perdió la guerra. La Diada, el 11 de septiembre, no sólo está reviviendo una derrota. Lo que revive es un enfrentamiento entre españoles. Desde ese punto de vista, sí es cierto que el nacionalismo ha ejercido un falseamiento de la Historia. Lo mismo sucede en el nacionalismo vasco: nunca tuvo los siete territorios que están reclamando, nunca conformó una unidad nacional ni, por supuesto, Navarra formó parte del País Vasco. Sin embargo, se ha producido ese cierto falseamiento. ¿Por qué? Porque el nacionalismo exacerba los sentimientos. Y para eso, necesita la creación de una serie de mitos. Y en ese proceso, es donde hay ese falseamiento general que ha conducido, en buena medida, a la situación que vivimos actualmente.

Pregunta.- ¿Por qué cree que no hay un Museo de la Historia de España?

Respuesta.- (Piensa) Diría que por dejadez. Por el «vaya lío»: si no nos ponemos de acuerdo en si la Reconquista estuvo bien o mal… Uff…

Pregunta.- Y, para finalizar, si sólo pudiera dar dinero a un sitio, ¿lo donaría a la catedral de Notre Dame o a replantar Guadarrama?

Respuesta.- Guadarrama? Vamos a ver, uno: me equivoqué en no decirle una cosa a los niños: no son proposiciones contradictorias: no se puede partir de la falsedad del debate de «sólo se lo puedes dar a un sitio». Eso es reduccionista. Lo que tendría que haberle dicho a los niños es: «Es reduccionista. Os están metiendo en una trampa». No es incompatible dar a Notre Dame y dar al Amazonas, barra, Guadarrama. Dos: ¿por qué dije Notre Dame? Primero: porque es una opción perfectamente válida y legítima, igual que es válido y legítimo darlo al Amazonas. Siguiente: porque los niños, está claro, conocen muy bien lo que es el Amazonas, pero ninguno prácticamente sabía lo que era Notre Dame. Y no saber Notre Dame es una tragedia. Y no estoy hablando desde el punto de vista religioso. Estoy hablando del punto de vista cultural. Y, si me permites, concluyo con una frase: el Amazonas se incendiaba exactamente igual con Lula que con Bolsonaro. Pero la histeria está con Bolsonaro y no con un tipo que ahora mismo está en la cárcel, por cierto

Entrevista a David Summers

“Yo soy un tío al que le gusta la música, las chicas guapas, la tranquilidad”

[Por María José Solano]

David Summers nació en el barrio madrileño de Chamberí el 26 de febrero de 1964. Vivió en el Parque de las Avenidas, donde también vivía su amigo y compañero del grupo Hombres G, Javi Molina. Es hijo del director de cine Manuel Summers y sobrino del periodista Guillermo Summers y líder de una de las bandas más importantes en la música pop rock en español para adolescentes de los años 1980, Hombres G. En su juventud tocaba el clarinete, aprendió a tocar la guitarra y el bajo. Jueves 24 de octubre. Hoy me he levantado dando un salto mortal, el cielo está nublado, y a lo lejos tú, así que salgo a las calles de Madrid pensando que quizás no haya otro sitio que sea mejor para vivir y es verdad que la playa está lejos y no hay arena, pero esta noche saldrán las estrellas, estoy convencida. Y es que me dispongo a visitar ese bar donde David Summers, como en mis sueños, me ha citado. Me ha prometido que, en ese bar, la música suena distinta que en otro bar. Así que allá voy. Tal vez sea hoy yo esa chica cocodrilo.

Pregunta.- Aquel chico que cantaba se describió muchas veces en las letras de sus canciones: sensible, romántico, torpe, tierno, ligón pero tímido…supongo que algo de eso había más allá de las canciones. ¿Cómo es el David Summers de hoy?

Respuesta.- Yo soy un tío al que le gusta la música, las chicas guapas, la tranquilidad, hacer mi trabajo, estar con mis amigos y poco más. Nunca me he metido en política, ni hablo públicamente de temas políticos, ni jamás me ha apetecido hacer una canción política; es un asunto del que siempre sales escaldado. Mira, hoy precisamente es el día en el que trasladan a Franco y es inevitable la referencia al tema de la tumba. Confieso que estoy muy sorprendido con todo esto porque ese tema estaba completamente olvidado; si acaso relegado a los libros de historia. Te aseguro que ni a mí ni a ninguno de aquellos que éramos jóvenes en los 80 nos importaba una mierda Franco. Eran rencores olvidados y estábamos a otra cosa más importante que era construir un futuro moderno y en paz. Me jode, sinceramente, que se hayan atizado estos odios absurdos, manejados políticamente por unos e interpretados erróneamente por otros. Me asombra que algunos de los que hacen más ruido en los medios, ni siquiera hayan vivido la dictadura franquista.

Pregunta.- Hoy también es el día del Concurso Internacional de música María Canals y las calles de Madrid se han llenado, para celebrarlo, de pianos de cola. Qué cosas, ¿no? Vamos entonces a quedarnos con la música.

Respuesta.- «En la carretera» es un maravilloso, triste y lúcido resumen del éxito. ¿Cómo ves el éxito hoy? Aquella canción la escribí con veinte años y a pesar de eso, es una canción reflexiva sobre el éxito porque cuenta la parte melancólica; la soledad, el desarraigo. Realmente el éxito como lo entiende le gente que es ese momento en el que todo el mundo te conoce, te tira del brazo, quiere una foto, quiere estar contigo, es algo a lo que nunca di demasiada importancia. Lo vivía zambullido en él con bastante asombro. Lo hablábamos entre nosotros (los cuatro Hombres G); nos decíamos `pero si solo es música ´ ¿Qué clase de histerismo es este? ¿Qué les pasa a las chicas? ¡Pero si ayer sólo éramos un grupo de amigos tomando cervezas en un bar de barrio! Y, a pesar de mi juventud y en mitad de toda la locura, yo intuía cosas, por eso escribí aquella canción. Los años me han hecho ver que mi intuición juvenil no estaba equivocada porque el éxito real es esto; llevar 36 años en la industria con una agenda llena de viajes, contactos, giras en México y EEUU para 2020. Llena de trabajo. Y seguir teniendo ganas de hacer cosas nuevas.

Pregunta.- Hay grupos que mueren de éxito, pero a vosotros no os destruyó; seguís trabajando. Sobrevivisteis unidos a todo aquello. ¿Hay algún secreto?

Respuesta.- En mi caso tuve la grandísima suerte de tener un padre como el que tuve, Manuel Summers. Él ya había pasado veinte veces por los lugares por los que yo pasaba y me dio valiosísimos consejos, como el de mantener los pies en el suelo. Siempre me decía: `el éxito y el fracaso, en el mejor de los casos, son temporales; persevera y nunca pierdas la cabeza por ninguno de ellos´. Yo, que ahora soy ese padre que da consejos, siempre que me lo piden, digo `No te rindas nunca´.

Pregunta.- Una vez oí decir a Alejandro Sanz que lo mejor para no perder nunca el norte es tener unos padres del sur…(risas)

Respuesta.- Puede ser. En mi caso desde luego se cumple, porque mis padres son de origen andaluz, de hecho, mi madre sigue viviendo en una casa de campo en Huelva. Ella me dio una educación exquisita; austera, humilde. Podríamos decir que mi madre me enseñó a ser buena persona y mi padre, a ser buen artista.

Pregunta.- ¿Y qué te enseñó la música?

Respuesta.- Es que la música nunca fue mi maestra, sino mi comida. La música es algo sin lo que no puedo vivir. En casa estoy escuchando música continuamente; recurro a mis ídolos de toda la vida para seguir aprendiendo de ellos o me engancho durante horas a Spotify para investigar y ver qué cosas nuevas se hacen hoy.

Pregunta.- ¿Algún ejemplo en concreto?

Respuesta.- A mí me gusta la música bonita; la que está hecha con honestidad; esa que huele a madera de guitarra y a sudor y a corazón. Me da igual que sea pop, rock, flamenco, música brasileña o jazz. Todo lo que está tocado y cantado con emoción, me interesa. Al fin y al cabo, cantar es decir la verdad y cuando mientes, se nota mucho. Me gusta que las letras de las canciones me pongan los vellos de punta, y te lo dice un tío que ha escrito «Marta tiene un marcapasos».

Pregunta.- Ahora que la nombras, ¿la letra de «Marta tiene un marcapasos» qué era? ¿Surrealismo, drogas, genio subversivo, una apuesta…?

Respuesta.- Yo no sé qué coño estaba pensando cuando hice esa canción. Estaría drogado o yo qué sé. (risas). Ese tema lo escribí con diecisiete años, fíjate, es de mis primeras canciones, por eso es tan simple musicalmente. Y la letra, bueno, yo era muy surrealista, como todos los chavales. Recuerdo que, en esa época, mi padre, que como sabes era humorista entre otras cosas, estaba haciendo chistes sobre la Pasionaria, que tenía un marcapasos. También en esos días se estrenó en los cines Alien, aquel bicho que salía del pecho. Supongo que, al sentarme a escribir se mezcló todo y salió esa gilipollez, que fue un exitazo. Todavía hoy, en los conciertos, la gente no es que me la pida, es que me la exige; si no la canto, se cabrean. Pero en serio, creo que lo más importante para escribir canciones es contar la verdad. Es como mirarte al espejo y contarte cosas tuyas. Creo que todas mis canciones tienen algo de eso porque yo siempre he contado cosas de la gente que tengo cerca. Podría hacer una canción sobre él (señala a Jeosm, que anda por ahí sigiloso, apuntándonos con su cámara). O una canción que hable ti; de mi experiencia sobre las cosas cercanas con las que vivo o me cruzo. Lo que hay más allá no sirve para mis letras; pierde emoción. Lo cercano carga la canción de veracidad y la gente te cree. Sin embargo, cuando cantas una canción que han escrito otros, o eres Frank Sinatra, o es muy difícil emocionar

“Ni a mí ni a ninguno de aquellos que éramos jóvenes en los 80 nos importaba una mierda Franco”

Pregunta.- Tal vez el éxito de los 80 y 90 de los Hombres G fuera precisamente ese, que fuisteis capaces de ponerle letra a la vida cotidiana de una generación.

Respuesta.- Puede ser. Al fin y al cabo, todos somos iguales y nos pasan más o menos las mismas cosas; todos acabamos jodidos cuando nos deja nuestro amor o nos sentimos los amos del mundo compartiendo una cerveza en el bar con amigos o cuando tu chica te sonríe…

Pregunta.- Eso me lleva a recordar vuestras baladas: «Si no te tengo a ti»; «Vuelve a mí»; «En mi coche»; «Un par de palabras»; «Te quiero»; «No lloraré» … Hay muchísimas canciones de amor en la discografía de Hombres G.

Respuesta.- Me gusta escribir canciones de amor porque nadie puede venir a decirte `eso no es así´. El amor lo vives a tu manera y en la música tiene que contarse así. Nadie puede conFD tradecir al amor. John Lennon decía: «Hay que escribir las canciones para una sola persona porque es la única manera de que todo el mundo se identifique con ellas». Sin esas baladas solo seríamos un grupo «cachondito», como Los Refrescos o Los Inhumanos. Yo siempre he querido que Hombres G fuese un Dr Jekyll and Mr Hyde, con una parte gamberra y divertida y otra parte emocional, y que ambas tuviesen el mismo peso. Para mí es ya muy difícil saber si en nuestra carrera es más importante «Sufre mamón» o «Temblando». Las dos son increíbles para la gente.

Pregunta.- Si un loco te hubiese disparado, como a Lennon, ¿se habría acabado Hombres G?

Respuesta.- Claro. Por supuesto (risas). Puede sonar un poco pedante, pero sin mí no tiene sentido Hombres G. Yo hago todas las canciones y las tengo que cantar, además.

Pregunta.- Siguiendo con aquellos éxitos, tenemos que recordar inevitablemente, «Venecia» ¿Cómo se te ocurre esa canción?

Respuesta.- En el año 82 yo tenía una novia italiana. En aquella época, todos los éxitos del verano eran canciones italianas y había un grupo que se llamaba Matia Bazar que cantaba una canción superfamosa y pegadiza llamada Mamma Maria (David tararea un poco la canción y mientras lo escucho, embobada, me alegro de que Jeosm haya terminado su sesión de fotos y no me retrate en este preciso momento). Entonces pensé hacer una canción italiana que fuese el hit español de aquel verano. Pero todo muy de cachondeo, en plan parodia, claro imagínate, tenía 18 años cuando la escribí. De hecho, la letra dice tantas barbaridades que no pudimos publicar la canción en Italia porque no podía sonar por la radio y no precisamente por las palabrotas, sino porque hablaba de la mafia. Nos vetaron la canción.

Pregunta.- Si analizáramos vuestras letras con la desquiciada mirada actual llegaríamos a la triste conclusión de que muchas de ellas hoy son políticamente incorrectas. Pienso en «Sufre mamón», que es la historia de una venganza.

Respuesta.- Hay tanto gilipollas; tanto tonto ahora mismo, que es abrumador. Antes te los encontrabas en grupo de cuatro o cinco hablando en los bares y diciendo tonterías y ahí si querías te enfrentabas, defendiendo tus ideas con argumentos o con lo que fuera, pero es que ahora con millones de tontos hablando simultáneamente en las redes, Uf. No puedes hacer nada. Yo creo que este virus de gilipollez que hay en todo el mundo y no solo en España, ojo, es por las redes sociales, sin duda. Ahí la tontería se extiende como la pólvora y se van creando más y más tontos y ese es un fenómeno imparable y grave, sobre todo para los creadores, que se están viendo obligados a autocensurarse. Cuando yo escribía «Sufre mamón», estaba siendo un comediante; estaba hablando de una venganza en un plano evidentemente cómico. Jamás le he echado polvos pica-pica a nadie (risas). Nuestras canciones, si te fijas, están llenas de humor.

Pregunta.- Desde luego que sí; estoy recordando «Rita la cantaora»; «La bomba fétida»; «Tu prima»; «He recuperado mi cabello». ¿Dónde está el humor en las canciones de hoy?

Respuesta.- En casi ningún sitio, porque ahora no se puede hacer nada; siempre vas a ofender a alguien, hasta con los chistes. Me extraña que aun no hayan hecho una hoguera pública con las cintas de chistes de Arévalo, Gila, Chumi Chúmez, los Martes y Trece, Mingote y con las de mi padre, por supuesto… Los grandes genios del humor de la historia reciente de España tenían chistes por los que ahora mismo los colgarían de los pies.

Pregunta.- ¿En este panorama, qué inspira hoy a David Summers para sentarse a escribir?

Respuesta.- En mi caso es la música la que me lleva a lo que quiero contar y no al revés. Primero compongo la melodía y es ella la que me pide la letra. A cada canción la trato como si estuviese sola en mi vida; como si no hubiese más canciones que esa. Por ejemplo, en nuestro nuevo disco, Resurrección, el tema «Que vuelvas ya», que es muy personal; muy dramático y muy de corazón, yo quería meterlo en un ambiente de cielo negro, oscuro, en una situación estremecedora. Llamé incluso a Hevia para incluir el sonido de una gaita que aportase al tema el aire escocés, gallego, nórdico, de temporal y brumas. Cada canción tiene su tratamiento porque luego viene el tema «Con los brazos en cruz» que es casi punk, muy macarra, muy irónica y con mala leche. Y después compuse «Confía en mi», una canción dedicada a mi hijo que nada tiene que ver con las anteriores. Esa alternancia la hemos hecho toda la vida: hemos hecho rock; rocanrol; pop, balada con piano, con orquesta sinfónica; reggae…menos flamenco y salsa, que no tenemos huevos de hacerlo, lo demás, lo hemos probado casi todo. Para nosotros todos los géneros son bienvenidos porque a estas alturas, ya tenemos un estilo personal y hagamos o que hagamos, lo convertimos en «Hombres G».

Pregunta.- ¿Cómo definirías el estilo de canciones de Hombres G?

Respuesta.- Como canciones bonitas. Punto. Mira, el otro día me llama Luz Casal y me dice «tío, hazme una canción para el disco nuevo, pero no me preguntes qué estilo; solo quiero que me escribas una canción que sea bonita». Y es así de sencillo. Porque al final, la resolución no tiene importancia; ya sea con orquesta o con un simple piano, si la canción logra transmitir emoción, es válida.

Pregunta.- También tenéis canciones-protesta como «El ataque de las chicas cocodrilo», hoy sería una rareza: un grupo de chicos guapos y famosos denuncian a sus fans por acoso.

Respuesta.- Jajajaja, nunca lo había pensado. De hecho, nuestras fans se autodenominan «chicas cocodrilo». Esta canción sigue siendo hoy un super hit. En los conciertos, la primera siempre es «Voy a pasármelo bien», que ya es casi un himno, y luego «Las chicas cocodrilo». Subidón total. Aunque yo creo que a Hombres G siempre se le recordará por «Sufre mamón». Esa canción encendió una pequeña llama que nosotros alimentamos durante 35 años echando palos o canciones buenas al fuego para que no se apagara, que es lo más difícil. En año el 93/94 se acabó el grupo y en 2002 el tema «Lo noto», volvió a ponernos arriba. Hoy, casi en 2020, lo que hemos hecho es ir alimentando la hoguera que encendió, por segunda vez, aquella canción.

Pregunta.- ¿Hay alguna canción que no os apetezca tocar porque no os guste o simplemente estéis cansados de tanto repetirla?

Respuesta.- Ninguna. Hombres G tiene la gran suerte de tener un numeroso repertorio de canciones que fueron exitazos y que aún nos piden. No entiendo a aquellos grupos que reniegan de su obra. Es una bendición haber triunfado con una o con veinte canciones famosas y poder repetirlas porque el público te lo pide. Las canciones, si son buenas, son un patrimonio eterno. En mi caso, estoy completamente seguro de que no voy a poder bajarme nunca de un escenario sin haber cantado «Sufre mamón».

Pregunta.- Ya lo predecías en aquella canción, «En la carretera», con la que empezábamos esta entrevista.

Respuesta.- ¡Es verdad! Es que en realidad escribes canciones sobre cosas que te pasan, te han pasado o te van a pasar: «intentando que la voz me aguante hasta el final, que tocaremos Sufre mamón». Es exactamente lo que me está pasando ahora mismo, 35 años después de haber escrito aquella letra.

Pregunta.- Si no fueses David Summers, ¿qué músico te habría gustado ser?

Respuesta.- Frank Sinatra, sin lugar a dudas. Es el mejor artista de todos los tiempos. Soy un auténtico fanático de Sinatra. Solo tengo dos autógrafos; uno de Siniestro Total, estampado en el disco Bailaré sobre tu tumba, y otro de Sinatra. Le vi en el 90 cuando vino a España, y al terminar el concierto me acerqué a su camerino y le pedí un autógrafo, pasando la mayor vergüenza de mi vida. El tío sacó del bolsillo interior del smoking una foto de cuando tenía 20 años y me la firmó con todo el glamour del mundo. La tengo enmarcada en casa. Eso sí, en la pared reservo un hueco para ver si algún día puedo tener un auténtico Ferrer-Dalmau. Es un pintor al que admiro muchísimo. Y fíjate que no nos conocemos personalmente, solo por redes sociales, pero estoy deseando poder visitar su estudio. Creo que es uno de los grandes pintores españoles de nuestro momento. Un genio.

Entrevista a Yuri Korchagin

500 AÑOS DE LOS PRIMEROS CONTACTOS OFICIALES ENTRE RUSIA Y ESPAÑA

«La hospitalidad, es un rasgo que nos une. A España cada año vienen más de un millón doscientos mil turistas rusos»

[Por María José Solano]

Entrar en la embajada de Rusia en Madrid es atravesar un espacio singular. Magnificencia geométrica y contenida en el vestíbulo de acceso y elegancia de sabor imperial en los salones interiores. Un fuerte aparato de seguridad apenas perceptible, guarda las fronteras de ese edificio incrustado en mitad de la parte norte de la calle Velázquez de Madrid, lugar que comparte con un vecindario de representantes extranjeros decisivos para el difícil equilibro diplomático en el juego de la política internacional. Una bonita sala y un servicio de café con pastas dejan clara la intención hospitalaria del embajador, que nos recibe con cortesía y amabilidad. No en vano Yuri Korchagin es admirador, además de amigo, de Augusto Ferrer-Dalmau, creador de FD Magazine.

Pregunta.- ¿Cuál es la labor cultural de la embajada rusa en España?

Respuesta.- Quiero destacar primeramente el esfuerzo que la embajada realiza en los proyectos de colaboración cultural entre Rusia y España y que ha traído como consecuencia un ambicioso plan bilateral de desarrollo de eventos educativos, culturales, científicos y económicos con el fin de dar visibilidad al contenido de las relaciones entre España y Rusia, así como el fortalecimiento de dichas relaciones bilaterales. Este proyecto prolongado en el tiempo desde 2008 se llamó “Año dual”, organizado en etapas temáticas con intervenciones principalmente culturales, tanto en España como en Rusia. Teatro, ballet, lengua, pintura, turismo y costumbres, fueron algunos de los temas elegidos. Debo decir que el resultado desde el punto de vista cualitativo fue todo un éxito, palpable si lo llevamos al tal vez aburrido, pero siempre elocuente, terreno de las cifras. Por ponerle un ejemplo reciente, estos “Años Duales” se cerraron en el año 2017 en San Petersburgo donde más de cuarenta mil personas asistieron a este acontecimiento cultural yo diría que único en el mundo.

Pregunta.- ¿En qué consistió exactamente la singularidad de dicho acontecimiento?

Respuesta.- Debe saber que usted que a unos 30 kilómetros de San Petersburgo se encuentra el Palacio de Peterhof, construido a orillas del Baltico, en 1710, por Pedro I como residencia de verano. En la actualidad se ha hecho internacionalmente conocido, desde el punto de vista del atractivo turístico por el número de fuentes que alberga, más de 170, que se ponen en funcionamiento el último fin de semana de mayo y que permanecen abiertas hasta el otoño, cuando llega el frío. Pues bien, bajo el nombre «Viaje al país de Don Quijote» y en forma de espectáculo musical, fuegos artificiales y juegos de agua se puso el broche final al Año Dual de Turismo 2017. La inauguración de esas casi doscientas fuentes se acompañó de un espectáculo dedicado exclusivamente a la cultura española, con guiños a la zarzuela, la jota o las sevillanas, en el plano musical; a Velázquez, El Greco o Dalí, en la pintura; y a Cervantes, en la literatura. Fue realmente emocionante.

Pregunta.- Pero las iniciativas culturales de la embajada rusa no han acabado ahí.

Respuesta.- Actualmente estamos trabajando en la organización de unas muestras sobre la cultura de la ciudad de Moscú en Madrid. Y por supuesto, pendientes de celebración de los aniversarios de las guerras mundiales, estamos preparando una exposición dedicada a ambos conflictos donde presentaremos materiales de archivo muy interesantes para todos los que deseen tener un punto de vista objetivo de la historia mundial. En fin, hay mucho que se ha hecho ya y mucho que se planea hacer en el futuro.

«Entre España y Rusia hay cientos de años de contactos y relaciones en los que se comparte una simaptía mutua»

Pregunta.- Después de esas experiencias y a su juicio ¿cuáles son los elementos de conexión más fuertes que existen entre Rusia y España?

El embajador, profesional y elocuente, no duda ni medio segundo en contestar.

Respuesta.- Simpatía mutua, en primer término. Y cientos de años de contactos y relaciones. Mire, en estos momentos precisamente, estamos celebrando el 500 aniversario de los primeros contactos oficiales entre Rusia y España. Carlos I escribió unas cartas llamadas “amistosas” a Basilio III, el Gran Duque moscovita, y con ellas se iniciaron unas importantes y complejas relaciones entre ambos países que han llegado hasta nuestros días. Todo ello iniciado cuando Rusia aún no era un imperio y España, desde luego, ya lo era. La “r” de la palabra “imperio” pronunciada por Yuri Korchagin en aquel salón dorado, otorga de pronto unos matices al término que en este país se han ido desdibujando bajo siglos de desmemoria histórica, manipulación e incultura.

Pregunta.- Un imperio donde no se ponía el sol.

Respuesta.- Usted, María José, está sentada bajo el retrato de Piort Potiomkin, primer embajador ruso en España. Se trata de una copia del original que ustedes pueden visitar en el Museo del Prado. La celebración del aniversario de la llegada de este caballero y su comitiva a España se realizó con la construcción de un pequeño monumento en la ciudad costera de El Puerto de Santa María, en Cádiz, donde la delegación. desembarcó antes de emprender el camino hacia la Corte. Recientemente se ha cerrado un acuerdo con el Ayuntamiento de la localidad para la colocación de un busto como merecido homenaje a este diplomático ruso. El informe detallado de Potiomkin al Gran Duque sobre aquel viaje fue destinado a convertirse en primeras impresiones escritas de un viajero ruso del s. XVII sobre España. Hoy día es considerado una fuente histórica de inestimable valor. Y venía a decir que los vecinos del país son “de maneras nobles”, pues “casi todos son duques o condes” y que “comen y beben poco y no se emborrachan”. También aporta datos singulares sobre el contexto histórico-económico de la España imperial, recalcando que “los españoles viajan poco para el comercio porque de todas las tierras de ultramar les están llevando mercancías que cambian aquí por oro, plata, aceite, vino y limones”.

Pregunta.- ¿Cuáles cree que son los valores que Rusia y España tienen en común?

Respuesta.- Yo diría que la hospitalidad. Es un rasgo que nos une. A España cada año vienen más de un millón doscientos mil turistas rusos, además de los extranjeros de otros países. Eso no es fortuito. España sabe acoger a la gente. Los rusos son iguales. Basta recordar los últimos acontecimientos organizados en mi país a nivel global, como el mundial de fútbol, un evento fantástico. A pesar de los temores previos, cientos de miles de aficionados al fútbol encontraron en el pueblo ruso una hospitalidad excepcional.

Pregunta.- ¿Cómo cree usted, después de años de vida y trabajo en España, que los españoles vemos la cultura rusa?

Respuesta.- Pues mire. Inevitablemente me encuentro con comentarios sobre el hecho de que habría que dar a conocer más la cultura rusa en España; que se conoce una mínima parte de todo lo que esta ha aportado a la historia Universal; literatura, pintura, música. Nuestros autores de la Edad de Oro se estudian en las escuelas y se escuchan en los conciertos de los teatros; siguen muy vivos: Dostoievski, Tolstói, Chéjov, en literatura o Shostakovich, Tchaikovsky y Rimsky-Korsakov en música.

Pregunta.- Sin olvidar la pintura, de la que tenemos una importantísima representación en la ciudad andaluza de Málaga

Respuesta.- Efectivamente. Es la primera vez en la historia que Rusia inaugura la filial de un museo en una ciudad española. En este caso se trata del Museo Estatal de San Petersburgo. Para su sede en Málaga se eligió una ubicación sencillamente sensacional. Se trata del edificio de Tabacalera, una construcción levantada en los “felices años 20” que conserva, restaurada, su estructura exterior, siendo el interior un moderno museo dotado con la más alta tecnología. Este espacio alberga una serie de muestras de larga duración, renovadas cada año, cuya finalidad es recorrer la compleja y fascinante historia del arte ruso y su relación con la cultura europea. Cada año hay miles de personas que visitan este lugar de encuentro entre culturas en una ciudad que se ha convertido en un referente cultural del Mediterráneo.

Pregunta.- Siguiendo con el tema de la pintura, y estando en el marco de la FD Magazine, no puedo dejar de preguntarle por su opinión sobre la obra del pintor de batallas, Augusto Ferrer Dalmau y su relación con la cultura Rusa.

Respuesta.- Puedo expresar mi opinión sobre este artista en una sola palabra: admiración. En primer término por el coraje, porque para mí Augusto es ante todo valiente, ya que se mueve para realizar gran parte de su obra por lugares críticos del mundo: Afganistan, Mali, Oriente Medio… Cuando él decidió visitar Siria para pintar en el campo de batallas a los soldados, a mí me pareció una locura, pues en ese momento aún estaba muy presente la lucha contra el terrorismo internacional. Siria era un punto rojo de conflicto, pero a él no pareció importarle. Estuvo allí en primera línea con los militares y el resultado fue simplemente magnífico: el cuadro titulado “Alepo, la ayuda ha llegado”. El acto de entrega, arropado por las autoridades y gran cantidad de público, fue doblemente emocionante, pues Augusto estuvo acompañado por su buen amigo, el novelista español Arturo Pérez- Reverte, que presentó el cuadro en Moscú. Más allá de lo oficial, me considero admirador y seguidor de su obra. Recientemente estuve en el Museo Naval en la presentación de su cuadro creado con motivo del 500 aniversario del viaje de Magallanes –Elcano, otra obra emblemática de este gran maestro. Debo decir que me enorgullece tenerle como amigo.

«Augusto Ferrer-Dalmau estuvo allí en primera línea con los militares y el resultado fue simplemente magnífico»

Pregunta.- Augusto siempre hace referencia al Taller Grekov de Moscú. Nos gustaría que nos contara qué es y qué significa este lugar para la historia de la pintura rusa.

Respuesta.- Se trata de un taller creado en la Rusia soviética cuya idea era en primer término aglutinar en torno al gran pintor de batallas ruso Grekov a pintores y escultores talentosos y promover el arte atendiendo a encargos procedentes tanto de la iniciativa estatal como de entidades privadas. Debo decir que Augusto visitó hace años el taller y al salir, quedó impactado. Recuerdo una entrevista en un medio español en la que declaraba la intención de hacer algo parecido en España. Recuperar la pintura de historia cuidando y fomentando la formación de artistas en esta disciplina y en el marco enriquecedor de una estructura de taller artesano, para generar una producción pictórica española de calidad en interés, tanto en el contenido como en la técnica. Espero que el pintor siga con ese proyecto todavía en la cabeza y que el Ministerio y las autoridades españolas pertinentes lo apoyen, pues es meritorio.

Pregunta.- ¿Existe algún lugar o hecho cultural en España que haya dejado en usted una huella singular?

Respuesta.- Debo decir que llevo años viviendo en España y al margen de los grandes museos y otras instituciones de reconocido valor internacional, lo que más amo es viajar por el país visitando los cascos históricos de las ciudades, grandes o pequeñas. Es, de hecho, algo que hago con frecuencia, siempre que me lo permiten mis compromisos oficiales y si es posible, en familia. Sin ir más lejos, el pasado domingo estuvo aquí mi hija y quise llevarla a Sepúlveda. Una ciudad simplemente fantástica. Cuando uno camina por su Plaza de España es como si lo hiciera inmerso en el Siglo de Oro esperando encontrarse con Quevedo o el Capitán Alatriste al doblar cualquier esquina. Soy muy feliz compartiendo esa España con mi familia.

Pregunta.- ¿Qué imagen cree usted que se tiene en Rusia de nuestro país?

Respuesta.- Hace unos años estuve en la presentación de un proyecto muy interesante realizado por el Instituto Elcano. En ella, dicha institución española exponía los resultados de un trabajo de investigación en el que se mostraba cuál era el país extranjero donde España tenía mejor percepción. ¿Adivina usted? Pues efectivamente, resultó ser Rusia. Creo que eso lo dice todo. El embajador nos muestra algunas revistas Rusas donde a veces colabora escribiendo artículos de diversa temática, pero fundamentalmente sobre historia y las relaciones que durante siglos se han establecido entre Rusia y España. Abre una de las revistas y me la enseña, señalando un retrato. En ella, un apuesto Nicolás II, mira al espectador con cierto recelo premonitorio. Aquí está- explica Yuri, orgulloso-nuestro último emperador vistiendo el uniforme de los Ulanos de Farnesio. Fue, de hecho, Coronel Honorario del Regimiento Farnesio. Igual que vuestro rey español Alfonso XIII fue a su vez, Coronel Honorario de un Regimiento de Ulanos rusos.

Pregunta.- ¿Qué gran acto cultural le gustaría hacer a Yuri Korchagin como embajador de Rusia en España?

Respuesta.- Yo amo la música rusa. Siempre que es posible organizo conciertos con músicos rusos de fama mundial tanto aquí como en lugares donde pueda compartirlo con el máximo número posible de asistentes, como pueda ser el Auditorio Nacional. Es uno de los mejores regalos que, creo, puedo hacer de parte de Rusia a los españoles. Trabajo mucho en el empeño de anudar las relaciones entre nuestro teatro Bolshoi y el Teatro Real. La música ha unido y sigue uniendo de manera singular a los pueblos. Qué duda cabe que la embajada debe ser un foco de cultura e intercambio entre naciones. Recuerdo precisamente aquella ocasión en la que se presentó oficialmente una obra emblemática de Ferrer-Dalmau, encarnando perfectamente ese objetivo. Se trataba de “La despedida” una hermosa pintura dedicada a un periodo trágico de mi país, la guerra civil. En él se representaba a un regimiento de cosacos que va al frente y el jefe, el comandante de ellos, se despide de su hija. Un cuadro muy emotivo hecho con una finura y una melancolía extraordinarias. Al fondo, en la nieve, un tren acorazado, como emblema de la imagen de aquella Rusia, luce la bandera tricolor, que es la bandera actual de mi país. En aquella ocasión también asistió el novelista y amigo Arturo Pérez-Reverte. Fue para nosotros un verdadero acontecimiento de hermanamiento entre nuestros países.

Pregunta.- ¿Qué opinión le merece la obra de Arturo Pérez-Reverte?

Respuesta.- Puedo decir que he leído casi toda su obra. Aprendo mucho leyendo a este autor. Me gusta el estilo narrativo, cómo lo hace. Estoy precisamente ahora leyendo su Historia de España. (Ríe, divertido, el embajador). Es divertidísima y peculiar pero lo que me resulta admirable es cómo Arturo consigue convertir un tema que en principio podría ser árido, en algo ameno sin perder rigor. Ese humor cáustico (el embajador se desliza, inseguro, por el diptongo y al salir indemne, me sonríe, satisfecho) me fascina. Resumiendo, soy muy admirador de este famoso y destacado escritor español, tanto como de su amigo, nuestro pintor de batallas.

Entrevista a Josep Borrell

“Los españoles no tenemos suficiente autoestima para celebrar las grandes aportaciones que hemos hecho a la Historia de la Humanidad”

[Por Jesús Fernández Úbeda]

Lo primero que llama la atención de Josep Borrell Fontelles (Puebla de Segur, Lérida, 1947) son sus exquisitos modales, la educación con la que recibe, contesta y discrepa. Es el superviviente político de una época menos mediocre, verbenera, virtual. Ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, doctor en Ciencias Económicas por la Complutense, catedrático en excedencia de Matemáticas Empresariales, milita en el PSOE desde 1975, ha sido secretario de Estado de Presupuesto y Gasto Público, primero, y de Hacienda, después, así como ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, presidente del Parlamento Europeo y, desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Amante de la Historia y, en concreto, de la conquista de América por el mundo hispánico, acudió, el pasado 19 de julio, a la presentación del cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau, en el Cuartel General de la Armada, sobre la circunnavegación a la Tierra que culminó Elcano en una gesta de la que, este año, se celebra el V Centenario.

“La Historia es un arma arrojadiza en todas partes, pero en España más”

Pregunta.- Usted acudió a la presentación de Primus Circumdedisti Me («Fuiste el primero que la vuelta me diste»), el cuadro de Ferrer-Dalmau que muestra a la Victoria de Elcano despidiéndose de la Trinidad, ya rumbo a España, para hacer la última parte de la circunnavegación del mundo. Lo primero de todo, ¿qué opina del autor y de su obra?

Respuesta.- La primera vez que vi los cuadros de Ferrer-Dalmau fue con ocasión de la visita de los Reyes a los Estados del Sur de EEUU, con fuerte impacto hispánico, en San Antonio, en la exposición que había hecho Iberdrola sobre la marca española en la Guerra de la Independencia americana. Y me quedé impresionado por esos cuadros, por su extraordinario realismo. En particular, el que está en el Museo del Ejército, donde se ve a Bernardo de Gálvez, el Lafayette español. Me quedé impresionado por la extraordinaria belleza y evocación épica e histórica que tienen sus pinturas. Y la que presenta ahora, tuve ocasión de asistir a su puesta de largo en el Cuartel General de la Armada, es también un extraordinario boceto histórico.

Pregunta.- La epopeya de Magallanes y Elcano no es chica.

Respuesta.- Es gigantesca. Si hubieran sido británicos, se hubieran hecho montones de películas sobre ella. Es una epopeya extraordinaria, difícil de imaginar. Para quien haya estado en el Estrecho de Magallanes, imaginar lo que hubiera sido para esos hombres adentrarse en ese laberinto de canales helados, en medio de montañas gigantescas, un mundo desconocido…, debió de ser para ellos una epopeya que la Humanidad en general y España en particular no han celebrado lo bastante.

Pregunta.- ¿Y por qué cree que no se ha celebrado lo bastante?

Respuesta.- Probablemente, porque pesa sobre ella, como sobre toda la gesta del descubrimiento de América, la Leyenda Negra. Si esto lo hubieran hecho unos británicos o unos franceses, sería mucho más conocida y celebrada. Los españoles no tenemos suficiente autoestima para celebrar las grandes aportaciones que hemos hecho a la Historia de la Humanidad. Por eso es bueno que haya gente como Augusto, que trate de ilustrar con su pintura las efemérides que hemos representado.

Pregunta.- Sé que usted es el titular de la cartera de Exteriores, pero ¿conoce algo del programa de actividades del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo desarrollado por Cultura? ¿Qué le parece?

Respuesta.- Bien. Se ha hecho un esfuerzo enorme con medios limitados. Ha venido en un momento de estrecheces presupuestarias muy grandes, pero es un esfuerzo muy grande para poner de relieve lo que fue aquello.

Pregunta.- Me han dicho que usted es un enamorado del estudio de la Historia

Respuesta.- Recientemente me he sentido muy atraído por la Historia. En particular, por la historia del encuentro de los dos mundos: por un lado, el mundo occidental, o mundo hispánico, por entonces no se llamaba todavía el mundo occidental, era el mundo europeo, el del Renacimiento, con la América precolombina. No es poca cosa enfrentarse de repente con dos grandes imperios y, a la vez, con esas inmensidades desérticas en unos casos, montañosas en otro, selváticas en otro… eso es una cosa que no puede por menos de atraer e, incluso, sobrecoger. Es un gran ejemplo de lo que puede la voluntad humana, sobreponiéndose a esfuerzos, sacrificios y dificultades. Probablemente, me sentí atraído por los libros de William Ospina, el escritor colombiano: La serpiente sin plumas, El país de la canela… El país de la canela relata el viaje a las zonas de Orellana, desde el Ecuador, desde Quito, hasta el mar. Cuando uno lee aquello y luego lo ve en la realidad, toma sentido de lo que son las dimensiones, por citar un ejemplo de caso extremo de la capacidad de supervivencia y voluntad a pesar de todo. Es un tesoro gigantesco en el que Augusto va a encontrar mucha inspiración.

Pregunta.- Me fascina qué tuvo que pensar, por ejemplo, un tipo de un pueblo de Extremadura, que vive deslomado por cuatro perras, y al que le dicen «oye, vete para allá, que aquello está lleno de plata y de mujeres en bolas», se embarca, llega, ve aquello… debió ser fascinante, como visitar otro planeta.

Respuesta.- Sí, sí. Debió ser otro planeta, otro mundo completamente distinto. Sus coordenadas étnicas, climáticas, el ecosistema humano, la organización… Imaginar lo que Cortés sintió cuando se encontró con Moctezuma, o Pizarro cuando subió por los cerros de los Andes hasta llegar a Cuzco… Las motivaciones fueron muy diferentes para unos y para otros: esa mezcla de voluntad imperial, de la codicia, pero también el sentido de la transmisión de unos valores religiosos. Según relatan algunos cronistas, algunos irían por las indígenas desnudas y por el oro, pero también había gente que iba buscando la evangelización de las almas, y de ese mundo complejo surgió el derecho internacional humanitario, por ejemplo, que también inventamos los españoles. Fue una conquista, claro. Violenta y brutal, como todas las conquistas, pero que dejó tras de sí un poso cultural y un mestizaje que otros conquistadores no dejaron.

Pregunta.- ¿Tiene la Historia de España un plus de originalidad con respecto a las de otros países?

Respuesta.- (Piensa) Supongo que cada país tiene un plus de originalidad. Seguro que los franceses también piensan que ellos lo tienen. Fueron la patria de la Ilustración, de una gran transformación en las ideas y en la organización del poder político. Todos han hecho aportaciones importantes a la Historia de la Humanidad. España puede tener de originalidad el que, probablemente, ha sido movida por un impulso mucho más espiritual: gente como San Juan de la Cruz o Fray Luis de León no ha abundado en otros países. Carlos V renuncia al poder para ir a morir como un monje.

Pregunta.- ¿Quizá parte de nuestra originalidad resida en la cantidad de gente que ha pasado por esta tierra? Que si los fenicios, los romanos, los germánicos, los musulmanes…

Respuesta.- Todos pasaron por todas partes. Pero en España, probablemente, la clave de nuestra Historia sean los 500 años de Reconquista. 500 o 700 años, según como los cuentes, de frontera entre el mundo árabe y el mundo cristiano. Eso no lo han tenido otros países europeos. Una frontera móvil que se empuja con la fuerza de las armas, que crea durante 500 años un permanente hábito de la guerra, de la guerra, además, contra un enemigo al que se considera distinto por la etnia y por la religión. 500 años de una confrontación militar o religiosa que forja un espíritu. En el fondo, los españoles que se van a conquistar América son los que acaban de conquistar Granada.

Pregunta.- ¿Cuál es el episodio de la Historia de España que más le llama la atención?

Respuesta.- ¡Uy, difícil escoger uno! Esto es como cuando te preguntan qué libro te llevarías a una isla desierta. Hay tantos que es difícil escoger. Probablemente, el 2 de Mayo es un acontecimiento fundador de la nación española. Hay que entender que la palabra «nación» no existía antes de la Revolución Francesa. El concepto de nación era tan desconocido antes de la Revolución Francesa como un ordenador en el Paleolítico. Es un concepto de la batalla de Valmy, «el pueblo en armas». Antes, lo que había eran dinastías que tenían un poder feudal, más o menos modernizados. Había casas dinásticas. La nación, entendida como un conjunto de ciudadanos sometidos a las mismas leyes, que tienen un mismo territorio y un mismo soberano, es un concepto que nace con la Ilustración. Y la nación española nace el 2 de Mayo en Madrid en la revuelta contra Napoleón. Curiosamente, nace oponiéndose a las fuerzas militares que habían traído las ideas ilustradas. Lo cual, demuestra que la democracia, los sistemas políticos, por progresistas que sean, no se exportan. O sea: la ilustración llegó a España en la punta de las bayonetas de Napoleón y por eso fue rechazada.

Pregunta.- ¿Por qué a no pocos españoles le avergüenza la historia de nuestro país?

Respuesta.- Porque se les ha contado los aspectos más negativos de la misma. Es evidente que la conquista de América provocó una mortandad extraordinaria entre los habitantes que estaban antes de la llegada de Colón. La mayoría, por la transmisión de enfermedades contra las que no tenían capacidad de resistencia. Las grandes mortandades fueron causadas por el encuentro de dos sistemas inmunitarios. Además, hubo las muertes causadas por la dimensión militar de la conquista y el sometimiento de los pueblos conquistados, pero también hubo reacciones contra los abusos como las nuevas Leyes de Indias que, a veces, provocaron la rebelión de los conquistadores contra el poder real. Si sólo se pone esto de relieve, no es un plato de buen gusto. Pero hay tantas otras cosas que fueron positivas… Y que, en todo caso, no se puede hacer un balance cuantitativo: es el encuentro de dos mundos, la configuración de la Tierra como un globo. Ahora que se está poniendo de moda la palabra «globalización»: los españoles fuimos los grandes globalizadores. Demostramos que la Tierra era un globo, que era redonda, y los que descubrimos la mitad del mundo, que era desconocido. Cuando uno piensa que la monarquía hispánica tenía la frontera sur en el Biobío, y la frontera norte estaba en Seattle, en la desembocadura del río que hace frontera entre Canadá y EEUU, hay una isla con un fuerte, el Fuerte de San Juan, construido por españoles en 1700 y pico. En Seattle, no en San Francisco. Que, por cierto, estuvimos a punto de cambiárselo a los británicos por Gibraltar. Las negociaciones no fructificaron pero, en algún momento, el Fuerte de San Juan tenía el interés estratégico de controlar la entrada en el río. Imagínate lo que era una negociación, en aquella época, para cambiar un castillo en Seattle por otro en Gibraltar. O la historia del intento de construir un castillo en el Estrecho de Magallanes por Pedro Sarmiento de Gamboa. Es un noble español al que Felipe II le encarga construir un castillo en el Estrecho de Magallanes para controlar el paso por la zona. Va, llega hasta allí, y no lo consigue, pero tú imagina que te llama Felipe II y te dice: «Oye, coge una flota y vete a construir un castillo al Estrecho de Magallanes porque no quiero que los ingleses pasen por ahí». Y le dices: «¡A la orden!». Hubo gente extraordinaria que es desconocida. Sal a la calle y pregunta quién era Sarmiento de Gamboa. O quién era el Lafayette español. Nadie conoce en España a Bernardo de Gálvez, y es ciudadano de honor en EEUU. Su pintura, su retrato, cuelga en la escalera del Capitolio. Y tuvo una aportación, él y la monarquía hispánica, a la independencia de los EEUU tan importante o más que Lafayette. ¿Por qué los franceses han conseguido popularizar a Lafayette y nosotros hemos dejado caer en el olvido a Bernardo de Gálvez? Los cuadros de Augusto han resucitado del olvido a esta figura extraordinaria.

Pregunta.- A grandes rasgos, ministro, mi sensación es la de que la izquierda sólo se ocupa de las miserias, de los asesinos, los ladrones y, en definitiva, de los rincones más oscuros de nuestra historia, mientras que la derecha no hace otra cosa que fabricar héroes, revitalizar épicas y relativizar daños. ¿Por qué, en España, la Historia es un arma arrojadiza desde el punto de vista ideológico?

Respuesta.- La Historia es un arma arrojadiza en todas partes, pero en España más, probablemente, porque no tuvimos los años de maduración intelectual de la Ilustración. Desde que Napoleón se va de España hasta que entramos en la UE, mira que hay siglo y medio, es un siglo y medio, más o menos, cainita, de españoles contra españoles. Un país depauperado, empobrecido, misérrimo. Con unos reyes que son un desastre uno de tras de otro. Golpes militares…

Pregunta.- Cuatro guerras civiles…

Respuesta.- Guerreamos entre nosotros. Nunca tuvimos un gran enemigo exterior, como los alemanes con los franceses, y viceversa. Eso nos ha hecho muy introspectos, enemigos de nosotros mismos. Y ha polarizado las visiones de la Historia. Mientras que, por ejemplo, en Francia, donde podrían decir lo mismo de Napoleón: para unos podría ser el «Super Cid», y para otros, podría ser un asesino que vandalizó toda Europa y ensangrentó al continente. Los alemanes se acuerdan muy bien de lo que fue para ellos la invasión napoleónica, que duró más tiempo que en España y fue más sangrienta: destruyó el imperio austríaco. Pero han sublimado todo eso y no existe esta contraposición tan brutal, porque ha habido una capa de intelectualidad, de modernidad, de pensamiento filosófico, de análisis introspectivo de la Historia que, seguramente, nos ha faltado a nosotros.

Pregunta.- Hace unas semanas, el catedrático de Filosofía de la Complutense José Luis Villacañas publicó un ensayo, Imperiofilia y el populismo nacional-católico, en el que denuncia que Elvira Roca Barea, autora del superventas Imperiofobia y leyenda negra, hace en ese libro un «ejercicio de blanqueamiento y manipulación ideológica». ¿Está al tanto de la polémica

Respuesta.- A mí se me ocurrió un día decir que conocía el libro de Elvira y que me parecía interesante y me llovieron las críticas despiadadamente. El de Imperiofilia no lo conozco. Es un buen ejemplo de esta polarización. Dos visiones muy duales, una acción-reacción que no acaba de encontrar su término medio. Pero, fíjate: en España no tenemos un «Museo de la Historia de España». En Cataluña sí tienen un Museo de la Historia de Cataluña. Lo hay.

Pregunta.- En Madrid tenemos un Museo Arqueológico Nacional, pero es otra cosa.

Respuesta.- Claro, la arqueología no es la historia. No hay un Museo de Historia de España. Lo que más se parece es el Museo del Ejército, y no es lo mismo. España es una cosa que no existía en tiempos de Viriato. Cuando era pequeño, me explicaban que Viriato era un patriota español que luchaba contra los romanos para defender la independencia de España. Hombre… España es algo que existe desde hace siglos, pero a los españoles hay que construirlos en cada generación. Y con esta generación, no se ha hecho un gran esfuerzo de construir un sentimiento de entidad colectiva.

Pregunta.- ¿Por pereza o con mala idea?

Respuesta.- Probablemente, porque el franquismo generó una de esas acciones-reacciones. Idealizó lo del «Imperio hacia Dios», un mundo imaginario, maniqueo, de la España imperial y tal, que ha provocado la reacción contraria.

Pregunta.- Como español, como catalán y como amante de la Historia, cuando escucha, por poner un ejemplo, que Santa Teresa de Ávila era catalana y que Cervantes escribió El Quijote en catalán, usted piensa…

Respuesta.- Esos son casos grotescos que no merecen ninguna atención. El 99,9% de los catalanes no cree en esas tonterías.

Pregunta.- Y, para finalizar, la de la divulgación de la Historia, ¿es una batalla que han ganado los nacionalistas?

Respuesta.- Los grandes protagonistas de la Historia son las naciones y las religiones. Y ambas son culpables y responsables de los mayores enfrentamientos entre los seres humanos. Las guerras de religión, los conflictos entre religiones. Probablemente, porque nación y religión son dos grandes elementos constitutivos de la identidad, y las identidades se han enfrentado históricamente. Ahora estamos en un proceso no de confrontación, sino de superposición de identidades. Es la primera vez que podemos aceptar que tenemos varias identidades y que no son contrapuestas: soy catalán, español, europeo y varias cosas a la vez sin que eso signifique un conflicto que se resuelva a garrotazos. Pero no para todo el mundo: hay gente todavía que piensa que si eres catalán no puedes ser español y viceversa. No admiten la existencia de la dualidad. Dicen: «Nación solo hay una, como la madre que me parió». Es un concepto más complejo. El ser humano admite distintas identidades simultáneas.

Entrevista a José Javier Esparza

Escritor y periodista
[Carlos Molero]

José Javier Esparza (Valencia, 1963) es un alma polifácetica: periodista, escritor, conferenciante, pensador, tertuliano, siempre batallador y sin pelos en la lengua. Autor de más de una veintena de libros, se muestra horrorizado ante el avance del nuevo orden mundial y la desaparición de las identidades de los pueblos, del intento de acabar con el concepto de Dios.

Pregunta.- ¿Hasta cuándo calcula usted que habría podido estar España sin gobierno?

Respuesta.- La mayor parte de los gobiernos en Europa hoy son gobiernos de gestión de una realidad que no transforman ni tampoco crean. Es por tanto relativamente fácil estar sin gobierno. Lo que ocurre, en el caso concreto de España, es que muchas de las iniciativas de la vida ordinaria de España dependen de una decisión administrativa, y todos conocemos a alguien que tiene un proyecto complicado parado porque la Administración no toma la decisión porque no hay gobierno. Que a lo mejor habiéndolo tampoco la tomaba. En todo caso, ha servido, en general, para ralentizar la vida nacional, y eso objetivamente es malo.

Pregunta.- ¿Y le sorprende esta situación?

Respuesta.- No, no me sorprende. Me sorprende mucho más que existan problemas objetivos de una gravedad enorme, concretamente la amenaza de la ruptura de la unidad nacional en el interior; y por otro, la amenaza islamista del yihadismo radical en el exterior, y que incluso en condiciones objetivas tan apremiantes, los políticos demuestren semejante falta de sentido del Estado.

Pregunta.- ¿A qué se refieren, en su opinión, los políticos cuando hablan de «el interés de los españoles»?

Respuesta.- A que los españoles son ellos, fundamentalmente a eso. Son figuras retóricas, la democracia contemporánea es una democracia de partidos, en el caso de España de manera muy notable, pero que hereda la retórica de la democracia anterior, cuando el estado nación significaba algo. Pero en realidad, es un refugio retórico. Además, en el caso concreto de unos partidos políticos que han demostrado que no tienen sentido del Estado ni de la Historia, hablar de los españoles no es más que una forma de difuminar su primera persona del plural.

“Los políticos están demostrando en España una falta de sentido de Estado frente a los problemas”

La mayor parte de los gobiernos en Europa gestionan una realidad que no transforman ni crean.

Pregunta.- ¿Pero no es, en cierta manera, una falta de respeto a los españoles?

Respuesta.- Los españoles han demostrado que se les puede faltar al respeto permanentemente, y no pasa absolutamente nada. Incluso cuando ha habido movimientos sociales de carácter reivindicativo, de cabreo, etcétera, pues bueno, al final han quedado diluidos en formaciones políticas que han perdido gas y fuelle a las primeras de cambio, ¿no? Hay un verdadero problema de conciencia nacional, de conciencia de pertenencia a una comunidad nacional, y ese problema es fundamentalmente de los ciudadanos, los políticos sólo lo alimentan

Pregunta.- De alguna manera, Podemos ha intentado dar una solución a ese problema de conciencia y parece haber arraigado.

Respuesta.- Ha arraigado, sí, y a los seis meses se ha despeñado. No es una erupción del sentimiento de ciudadanía, es un descontento hacia una opción de izquierdas, que es la del PSOE, en la que la gente ha dejado de reconocerse por mil razones: la corrupción, la falta de liderazgo, el fracaso objetivo de sus políticas… Pero no como un sentimiento de ciudadanía nacional. Podemos lo ha pretendido, su proyecto original era un proyecto que pretendía ser transversal para poder recuperar gente de todos los horizontes ideológicos. Al final no lo han sabido hacer, seguramente porque les faltaba la masa de obra.

Pregunta.- Eso que dice Pablo Iglesias de “Arriba y abajo” es un calco del discurso de José Antonio Primo de Rivera en el Teatro de la Comedia en 1933…

Respuesta.- la definición de la élite partitocrática como la casta es de Gonzalo Fernández de la Mora. Si realmente él no ha inventado nada, lo que pasa es que ha tenido unos medios que a todos los que durante treinta y tantos años han estado denunciando los problemas, se les han negado. Y cuando Pablo Iglesias ha llegado, se le han prestado esos medios fundamentalmente porque al gobierno del PP le interesaba crear una atmósfera de miedo, y hundir así PSOE, y eso ha sido una irresponsabilidad sin límites. La “tecnocracia” del PP piensa a dos/tres años vista, ni siquiera a cuatro y carece por completo de visión de Estado.

Pregunta.- Se dice que esa estrategia ‘popular’ parte de ciertos asesores de pasado comunista. Al final, ¿son ellos quienes les marcan la estrategia?

Respuesta.- Claro que le marcan la estrategia; y el abandono de la estrategia también. Ellos funcionan fundamentalmente sobre la base del corto plazo. Los partidos contemporáneos en general, y el PP de forma muy señalada, hasta hace unos años -diez, doce- se consideraban partidos faro, que proyectaban un mensaje hacia la sociedad. Y desde entonces, vienen considerándose como partidos buzón, es decir, ellos recogen y en función de por dónde olfatean que está la sensibilidad o la creencia ciudadana, pues tratan de adaptarse, con independencia de sus principios ideológicos. Traicionan, por tanto, sus principios a la búsqueda de una mayoría demoscópica. Eso es lo que ha hecho el PP y no le fue mal, en cuanto a obtención del poder. Hasta que sus errores han sido tantas que ni por ésas. Y han conseguido destruir a la derecha española, lo cual desde luego tiene muchísimo mérito. P.- En este mundo actual de la comunicación, o mejor dicho de la hipercomunicación, ¿no se exige demasiado al ciudadano, que puede estar ‘empachado’ de información? R.- Lo que hemos visto en los últimos años, sobre todo con la entrada de Internet, es que hay una multiplicación exponencial de lugares donde beber, y pocos sitios donde den agua clara. Al mismo tiempo, la exigencia del consumidor, en general, decrece porque, sobre todo el propio medio audiovisual, te facilita el impacto, y su predominio por encima de la reflexión. De todas formas, ése es el espíritu contemporáneo y se trata de algo que hay que aprender a dominar. A mí me parece que siempre la minoría informada ha sido expresamente eso, minoría. Es verdad que hace unos pocos años, a la mayoría asilvestrada no se le permitía estar tan presente como hoy lo hacen, por ejemplo, las redes sociales.

“En el momento en que un periodista deja de verse como un profesional para verse como un asalariado, ya no es su voluntad que predomina”

Pregunta.- ¿Y no es un buen momento, entonces, para reclamar la importancia de la profesión periodística?

Respuesta.- Al revés, la profesión periodística ha entrado en una crisis terminal como producto de la crisis financiera que ha privado a los medios de la capacidad para preservar su independencia y por lo tanto, les ha sometido a los intereses de las grandes corporaciones. A partir de ese momento, el periodista que hace sólo 20 años se consideraba a sí mismo como un profesional, como podía ser un médico, un abogado… ha pasado a convertirse en un asalariado, y eso lo hemos vivido todos. Yo tengo 53 años, cuando salí de la facultad, se nos decía que teníamos que ser esencialmente profesionales y la cuestión de la cláusula de conciencia o del secreto profesional eran asuntos fundamentales, investía de dignidad profesional. Hoy son cosas que han desaparecido por completo y todo el mundo asume, con toda naturalidad, el estatuto servil del periodista respecto al interés concreto de su corporación, del grupo que le paga. Has dejado de ser un profesional para ser un asalariado, y la diferencia es decisiva. Desde el momento que dejas de verte como un profesional para verte como un asalariado, está claro que la voluntad que predomina ya no es la tuya; y eso, cuando estamos hablando de un profesional, es un asunto muy serio.

El nuevo orden mundial genera su discurso para legitimarse y deslegitimar
a los que se quieran salir.

Pregunta.- ¿Cómo influyen esas grandes corporaciones a las que se refiere en la configuración de nuestra percepción de lo que ocurre? Le pongo un ejemplo, en muchas de las películas más publicitadas del Hollywood actual, los rufianes siempre tienen un perfil parecido: árabes, musulmanes, eslavos…

Respuesta.- El poder contemporáneo funciona como una constelación de intereses, que decía Max Weber, es decir gente con poder se pone de acuerdo para conservarlo y si es posible, tener más. Eso funciona así particularmente en el sistema capitalista, que es el que venció en la Guerra Fría. Y a partir de ese momento, el reparto del poder ha entrado a sostenerse sobre una especie de red donde todos pugnan y todos ganan al mismo tiempo, siempre y cuando nadie quiera salirse de la red. Eso que se llama el nuevo orden del mundo funciona sobre esa base y funciona sobre una red complejísima y prácticamente automática de corporaciones industriales, financieras, Estados, complejos militares, productores petroleros, medios de comunicación… todo forma parte de lo mismo. El presidente de la Comisión Europea durante diez años, Durao Barroso, acaba de fichar por Goldman Sachs, me parece un ejemplo suficientemente claro. Y ese núcleo de poder genera su discurso para legitimarse y para deslegitimar a los que quieran salirse de ahí. Entonces, en ese contexto, cualquier fuerza que represente: A, una identidad que conteste a ese orden; B, una potencia que conteste a ese orden, pasa a ser, en los relatos de masas, el malo. Lo último que estamos viendo ahora es que la lista de los malos la engrosan también aquéllos que, dentro de los propios países que viven en el sistema, sin embargo se oponen. Y así hemos visto al jefe del Servicio de Información Interior francés, Patrick Calvar, solo dos días antes del atentado islamista de Niza, decir que él pensaba que el problema era la extrema derecha y que iba a sustraer medios de la vigilancia del yihadismo para vigilarla. Puede parecer una locura, pero en su lógica no lo es, porque ésta ya no es la lógica de un Estado nacional, es decir la de la gente que le paga el sueldo a Patrick Calvar, sino que es la lógica de un sistema transnacional de poder, el de esa red.

Europa quiere ser una especie de espacio neutro sin identidad, donde todo el mundo cabe pues no es nada.

Pregunta.- ¿Las críticas al candidato Trump tal vez van esa línea, por ser un político de fuera de esa red?

Respuesta.- En buena medida, todo lo que estamos viendo, en Alternativa por Alemania, las resistencias nacionales en Polonia y en Hungría, el brexit, Donald Trump, el Frente Nacional francés podemos verlos como resistencia, no creo que siempre consciente, a esa transnacionalización del poder, que aunque se presente como adalid de la libertad, en realidad es su tumba, porque en la práctica es quitarle el rostro al poder, un poder cuyo rostro no conoces y no puedes controlar, que es de hecho como estamos hoy. Esas resistencias nacionales, que algunas interpretan como más primitivas, sin embargo representan una idea de la democracia mucho más directa y mucho más real: yo sé quién me manda y por tanto, puedo revocarlo.

Pregunta.- Dice el Papa Francisco que no vivimos una guerra de religiones…

Respuesta.- El Papa es un sacerdote argentino, tiene 79 años, y como todos, es hijo de su experiencia personal y vital. Y la experiencia que él tiene del mundo musulmán y de la inmigración es argentina, donde los musulmanes representan un 1,4 por ciento de la población. En Francia, en general, es en torno al 18 o el 20 por ciento y en barrios concretos, por encima del 50 por ciento. Además, en Argentina los inmigrantes no han formado comunidades ajenas al orden que les ha acogido, a diferencia que en Europa. Por tanto, creo que tiene una idea semejante a la que teníamos en Europa hace 40 años sobre la inmigración musulmana; es decir, gente que viene aquí a hacer un trabajo que los de aquí no quieren hacer; y si no se integran, pues no pasa nada. A ver, no pasaba nada. De 40 años a esta parte sí han ocurrido muchas cosas: la no integración de las siguientes generaciones -cosa que nadie había previsto-, la adopción de políticas muy erróneas por parte de los Estados que han fomentado la creación de guetos, la radicalización del Islam fundamentalmente a partir del salafismo predicado y subvencionado por las monarquías petroleras, que con una mano pagan al Real Madrid y al Barcelona y con la otra, a los salafistas. Y finalmente, la transformación de todo eso es dos redes terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico. Eso cambia radicalmente el paisaje. El Papa tiene una idea ecuménica del Islam, como corresponde por otra parte a la etapa de su formación en los años 60, y es una relectura insuficiente del Islam. Benedicto XVI lo explicó inmejorablemente en su discurso de Ratisbona, el Islam no es una religión, es una teología política, una religión inseparable de un orden político y esto es lo que no termina de entender mucha gente en Europa.

“EEl Papa tiene una visión ecuménica del Islam y esa lectura es insuficiente”

Benedicto XVI lo explicó en Ratisbona: el Islam no es una religión, es una teología política.

Pregunta.- ¿Y esta situación no nos pone frente a nuestras propias contradicciones?

Respuesta.- La Europa contemporánea, sobre todo a partir de los tratados de Maastricht y de Lisboa, ha querido construirse como una especie de espacio neutro sin identidad, una cosmópolis moderna donde todo el mundo cabe puesto que no somos nada.

Pregunta.- ¿Una especie de «marca blanca»?

Respuesta.- En realidad, es que eso forma parte del proyecto que sostiene el nuevo orden del mundo, un espacio globalizado en el que cabe todo el mundo. Es una convicción puramente ideológica, que no bebe en la realidad práctica de la Historia, sino en una ideología determinada contemporánea del pensamiento moderno. Y se ha demostrado manifiestamente falsa. Es una visión del mundo según la cual las identidades, las religiones, las culturas… son o intercambiables o directamente prescindibles o extirpables. Y no lo son. Es una convicción según la cual la forma natural de vida de todo ser humano, sea cual sea su origen, es vivir como los occidentales, con sus mercados, sus democracias y sus parlamentos y eso no es verdad. Durante bastantes años, Occidente ha intentado que el resto del mundo, y en particular el mundo musulmán, viviera conforme a los criterios occidentales en la presunción, en el fondo racista, de que son superiores a los del resto del mundo y el resultado ha sido una catástrofe sin precedentes. Si hemos llegado ya ese grado de ofuscación es evidentemente porque el discurso dominante no ha sido capaz de entender el problema. ¿Y sabe por qué? Porque tendría que reconocer que estaba equivocado, que no es posible construir un orden sin identidad, sin conciencia de sí mismo, de su espíritu y de su historia. No es posible construir un orden político basado, por ejemplo, en la libertad y al mismo tiempo, negar que ese concepto de libertad es herencia concreta de dos mil años de filosofía cristiana y grecolatina. ¿Qué pasa si lo reconoces? Pues que tu orden del mundo global se va a hacer puñetas y eso es lo que no puede consentir. Pero vamos, que es lo mismo, porque se va a ir a hacer puñetas igual. En cierto modo, hoy estamos en la batalla final de la Modernidad en muchos aspectos. En el aspecto geopolítico, en el aspecto económico por supuesto, en el aspecto moral sin ninguna duda. Y esa batalla final empieza, lo explicaba muy bien Hegel, con la reforma protestante. Es una afirmación sucesiva de la individualidad frente a la Religión (la Reforma protestante), frente al Conocimiento (La Ilustración), frente al orden político (la Revolución francesa) y estamos ahora en la afirmación extrema de la individualidad frente a la propia Naturaleza. Se está exacerbando, por así decirlo, un proceso que dura ya 500 años y que hoy está llegando ya a una especie de gran batalla final. Desde el punto de vista estético, es desde luego un regalo. Ahora, lo que vaya a quedar luego…

Pregunta.- «Les Luthiers», en unos de sus números, distinguen entre ‘muysulmanes’ y ‘mahomenos’ ¿Cree usted que existe un islam moderado, como defienden algunas voces en Occidente?

Respuesta.- Existen musulmanes moderados, pero no Islam moderado, porque al final la moderación es una cuestión personal. Había fascistas moderados, y comunistas moderados, pero no un Comunismo moderado. El Islam tiene tres problemas estructurales desde su origen, no es algo contemporáneo. En primer lugar, Mahoma muere sin dejar instituido un clero que pueda interpretar y hacer avanzar la fe, de tal forma que el discurso queda congelado en el siglo VII. Y además no es un discurso como el de, entre nosotros, por ejemplo, los Hechos de los Apóstoles, que al fin y al cabo son cosas que dijo un hombre. No, en el Islam ¡todo lo ha dicho Dios!, desde el principio, y eso es importantísimo, porque no se puede tocar. Dos, desde el principio el Islam mantiene una fusión absoluta entre lo político y lo religioso, de tal forma que el musulmán no puede vivir cómodamente en un orden político que no acepte la sharia como ordenamiento jurídico, y esto provoca en el mundo musulmán una histeria permanente desde el principio y me gustaría insistir: son 1.400 años así, no es de hoy. Y en tercer lugar, objetivamente y está en los textos, legitima el uso de la violencia para imponer la fe. Otros, en otro tiempo, hemos usado la violencia para defender o imponer la fe, pero nunca nos ha dicho Dios: “La mejor yihad es aquélla en la que tu cuerpo sangra y tu caballo es degollado” como dice Mahoma a sus compañeros en un hadiz de la sunna. Bueno, pues todo eso hace que se alimente una contradicción con otra de tal forma que cada vez que alguien se plantea, a lo largo de la historia del Islam y de verdad que han sido muchas veces, poner algo de sentido común quede inevitablemente asustado. El mejor ejemplo me lo ponía un amigo francés, Xavier Raufer, un experto en lucha antiterrorista, ya mayor. Estaba en La Meca, con el gran muftí de la mezquita mayor de Riad, de la capital de Arabia Saudí, un viejecito adorable, el típico tipo con el que todos querríamos pasar una tarde para charlar. Llegan a ver al gran muftí unos jóvenes ulemas somalíes con la cabeza llena de yihad por los Hermanos Musulmanes. Y empiezan a contarle al gran muftí… pues la yihad, que si el cuerpo sangra, que si el caballo degollado… Y el viejo les dice: “¿¿pero estáis locos?? Eso es en el Cielo, lo que quiere decir esto es que vosotros, para ganar la salvación, tenéis que estar dispuestos al sufrimiento. Pero no quiere decir eso que pensáis”. Y los somalíes se le quedaron mirando… como que no. Y el viejo, con toda su autoridad personal, no tiene en realidad autoridad doctrinal para condenar, por herejes, a los somalíes, porque no existe esa autoridad en el Islam, no hay un clero como en el Cristianismo. Un factor y otro se van alimentando permanentemente y llevan al Islam a una situación de histeria continua cuyas primera víctimas -y ellos son los más conscientes de todos- son los propios musulmanes. Dentro de esas contradicciones coyunturales, en primer lugar ellos mantienen ya desde el principio tres guerras, tienen la fitna –guerra civil- permanente entre chiíes y sunníes que se remonta a la muerte de Alí, el cuarto califa ortodoxo, y estamos hablando del siglo VII.

“Desde hace 1.400

años, el Islam vive en

un estado de histeria

permanente”

Existen musulmanes moderados, pero no un
Islam moderado. la moderación es una cuestión
personal.

Hoy se asume, con naturalidad, el estatuto servil del periodista respecto al interés de su corporación.

Pregunta.- ¿Pero realmente no pueden evitar ese enfrentamiento entre corrientes?

Respuesta.- No, no se puede evitar porque además se sobrepone con conflictos étnicos importantes, son persas, que es otro mundo que no es el árabe. Tenemos, por otra parte, una guerra que declaran desde el principio unos musulmanes, en nombre de la ortodoxia, a otros que consideran poco ortodoxos. Y seguramente el mejor ejemplo de esto es al que se considera el padre del yihadismo contemporáneo, Ibn Taymiyyah, siglos XIII y XIV, cuando los mongoles vienen a invadir el espacio del califato y vienen ya convertidos al Islam. No se le puedes hacer la guerra santa porque son musulmanes. Pues se sí puede, porque son malos musulmanes. Yo te declaro takfir, apóstata; y a partir de este momento, yo te puedo hacer la guerra santa. Y así ves a los musulmanes haciendo la guerra santa a otros musulmanes. Y luego, en tercer lugar, está la guerra santa que declaran a los que no son musulmanes. Y es que no pueden escapar de ahí. Pero, ¿qué se puede hacer? Pues la realidad nos ha dado algunos ejemplos prácticos. En los últimos sesenta o setenta años, el mundo musulmán ha podido construir estructuras estatales que han sido capaces de contener, en su interior, esas contradicciones: Marruecos, Iraq, Siria, Libia… Te gustará a o no te gustará el régimen, pero el hecho es que las han neutralizado. Y nosotros hemos bombardeado esas estructuras.

Pregunta.- Vamos, que en realidad Occidente va en sentido contrario de todo lo que dice defender, ¿no?

Respuesta.- Vamos en sentido contrario porque estamos convencidos de que el objetivo natural de todo ser humano es vivir como nosotros, o sea, sin Dios. Y eso es un grave error. Los norteamericanos, por ejemplo, no han entendido nada, pero porque su visión no es propiamente internacional. Ellos están convencidos de que los Estados Unidos tienen, pero ya desde la época de John Quincy Adams, un destino manifiesto, que es el de exportar la democracia -como ellos la entienden- a todo el mundo, y el libre mercado. Y en ese sentido, tienden por naturaleza a tratar de allanar o arrasar, según se prefiera, el mundo para hacerlo a su imagen y semejanza. El problema musulmán no lo han entendido jamás porque no son capaces de entender que se pueda organizar la vida de otra manera. El norteamericano tiende a pensar que cuando alguien ve el mundo de una forma no norteamericana es que está equivocado y eso es terrible.

Pregunta.- ¿Podría llegar a existir un Islam ‘europeo’, que haga suyo el espíritu del Viejo Continente?

Respuesta.- Es imposible porque la realidad política y social europea deriva de una convicción que expresa Jesús en los Evangelios, que es: “Mi Reino no es de este mundo”, “Dad a Dios lo que es de Dios y al César, lo que es del César”. Y el Islam, por definición, está exactamente en el polo opuesto. Es radicalmente imposible, y es un problema del que los musulmanes que vienen aquí y quieren seguir viviendo aquí son perfectamente conscientes. Hay un montón de escuelas coránicas muy interesantes, ¿eh? Hay un erudito que se llama al- Ghazali, de la Universidad Al Azhar de El Cairo, muerto hace relativamente poco, que teorizó y además muy bien, sobre una separación entre la práctica de lo político y lo religioso, una evolución en la fusión de la umma… Pero al final da igual, porque no tiene más autoridad que otros. ¿Qué quiero decir? Que las ideas existen, pero la propia dinámica interna del Islam tiende a anularlas, salvo que exista un poder político, que tiene que ser autóctono y que diga: “No, esto va a ser así”. Mohamed VI en Marruecos, por ejemplo. El yihadismo, el salafismo, lleva muchísimo tiempo en Marruecos, desde la época casi de la independencia, tratando de anular los morabitos porque consideran que es poco pío que haya gente que se considere intermediario con Dios. Pero como forma parte de la liturgia específicamente magrebí del Islam, la Corona se empeña en ponerse al frente de los morabitos. Yo, que soy el emir de los creyentes, -dice el rey- soy además el jefe de todas las cofradías de los morabitos.

Entrevista Jesús García Calero

“España tiene una historia maravillosa, que no sabemos contar”

[Por Carlos Molero]

Jesús García Calero, Redactor jefe de Cultura del diario ABC.
Alonso de Chaves es uno de esos españoles olvidados por su Patria. Nacido en Sevilla en 1528, fue piloto marino, cosmógrafo, dibujante de cartas náuticas e inventor, y todos los secretos que atesoró a lo largo de su vida para navegar a las Indias los encerró en un manuscrito jamás dado a la imprenta, “Espejo de navegantes”. Y ése es precisamente el título del blog que actualiza Jesús García Calero, redactor jefe de Cultura en el diario ABC, del que forma parte desde 1998. La referencia a la obra de Alonso de Chaves es un homenaje, sin duda, a conceptos como Historia, la Mar, España, grandes hombres olvidados, de este “marino” segoviano de tierra adentro, apasionado del mar y de lo que sus profundidades nos cuentan de la historia de la América hispana.

Pregunta.- La Semana Cultural Vallecana ha tenido como invitados a Diego Cañamero y Gabriel Rufián. Pero entonces, ¿qué es exactamente la Cultura?

Respuesta.- Es algo demasiado amplio para pertenecer ni a una ideología ni a un partido ni a las ganas de tener una revolución. Yo creo que la cultura es algo mucho más amplio que eso. Es el conocer como somos, los valores que tenemos, pero que tenemos todos. No vale decir los que yo tengo, y los que el otro tiene. Se puede hablar, se puede dialogar, pero en la cultura estamos todos. Nadie es el capataz de la cultura, nadie tiene derecho a echar a nadie de la cultura. Lo que hay es mucha ignorancia, y hace falta que haya más cultura. Por los dos lados, está muy bien que la gente de derechas conozca a Marx y a sus epígonos y tenga capacidad para debatirlo; pero también es bueno que la gente que solo está en una vereda o en una ladera de la ideología, pues se asome y dialogue desde el punto de vista civilizado y desde el disfrute del ámbito de libertad que todos tenemos y nos hemos dado.

Pregunta.- ¿Deberían los Gobiernos apoyar a la Cultura, y de qué manera?

Respuesta.- He visto por ahí a algunos ultraliberales que dicen: “Que haya un ministerio, pero si lo pagan”. Es que no se trata de eso. ¿Por qué somos famosos en el mundo? ¿Qué tiene España para vender aparte de la playa y el sol? Un patrimonio maravilloso, una cultura amable, una dieta maravillosa, una manera de ser, un mundo ampliado hacia el Oeste que incluye la simpatía y la misma manera de mirar el mundo y de ver la vida, valores compartidos con quinientos millones de persona. Pues si con eso no tenemos nada que hacer… En el primer tramo de la democracia actual, la cultura fue un asunto de Estado, como es lógico, porque venía de estar partida, había una cultura del exilio que había sido amputada y que era necesario recuperar, y el Estado puso todos los medios para que eso fuera así, y la metáfora de eso es el retorno del Guernica. Todos supimos que la cultura española se había vuelto a reunir y la hicimos nuestra. Pero tenemos la vida política que tenemos, los partidos políticos han tenido el poder que han tenido, algunas cosas las habrán hecho bien, pero hay otras que no las han hecho nada bien. Y hay dos cosas fundamentales que no se han hecho bien: la política educativa, en la que no hemos dado más que bandazos, y no ha habido un consenso, un pacto de Estado. Y en el terreno de la Cultura pasa tres cuartos de lo mismo. Después de ser un asunto de Estado para reunir a las culturas del exilio, resulta que se estableció un programa, un poco a golpe de subvención, en el que también los partidos políticos disfrutaban de tener amigos en la cultura, que eso viste muy bien: fotos simpáticas, inauguraciones, etc., dejando la cultura en el adorno. ¿Y dónde está lo demás? Yo no he visto una estrategia, desde 1992. Yo creo que ése es el último momento en el que España se toma muy en serio la conmemoración del centenario, y hace muchas cosas, y muchas, muy bien. Pero desde entonces, la Cultura se ha ido dejando fuera, como un adorno, como una anécdota. Y nos encontramos gente mal educada, porque los planes de educación no son lo que tendrían que ser. Y la Cultura abandonada, mientras que la periferia -que son los nacionalismos, sobre todo- se lo ha tomado muy en serio. Tenemos un discurso contrario a España y nadie diciendo cosas muy razonables, como que esas culturas forman parte de la cultura española, es que la cultura española no es excluyente, todo lo contario es inclusiva e incluyente. Y la Historia está para ver que los navegantes vascos, que los comerciantes catalanes, pero que también los andaluces, los extremeños, los castellanos, todos los cartógrafos baleares, todos hicieron posible la unión de reinos que se convirtió en España y que tiene una historia maravillosa, que no sabemos contar.

El retorno del ‘Guernica’ es una metafora de la reunión de la Cultura española al comienzo de la democracia.

«Va a haber que hacer un Erasmus dentro de España para que los jóvenes convivan»

Pregunta.- La descentralización de las autonomías, ¿no puede hacer que prime el provincianismo, lo de aquí, sobre la calidad?

Respuesta.- Entiendo que nos hemos dado un estado descentralizado con 17 autonomías que tiene cosas buenas y cosas malas. Y entre las cosas que se han transferido están la Educación y la Cultura. En parte, la transferencia educativa ha sido una dimisión del gobierno de generar una igualdad. Te vas a un país, a Gran Bretaña por ejemplo, y allí el examen es el mismo para todos los niños, el mismo programa para todos, de tal manera que la igualdad de oportunidades de esos niños es real. Aquí se echa en falta un sistema educativo que sea mucho más transversal, que valga y lo valga a futuro. Y urge un acuerdo para saber qué vamos a enseñar sobre de dónde venimos y quiénes somos, porque lo que no tiene un punto de encuentro es que a un niño catalán le estén educando en el desafecto a todo lo que venga de España y un niño español no tenga ni siquiera argumentos para responder a eso. Está muy bien que los gobiernos se descentralicen, eso no me parece objetivamente malo, pero lo que falta en el gobierno central es tener muy claro el papel que jugar. Es que casi lo que nos hace falta es el Erasmus dentro de España, para que los jóvenes convivan, porque estamos creando islas y a la larga son muy peligrosas, no vamos a tener de qué hablar con un vecino a doscientos kilómetros, cuando podríamos estar hablando con el de los catorce mil kilómetros que está en Argentina perfectamente. Es urgente que el Gobierno de España sea consciente de que hace falta la estrategia de la que ha dimitido.

Pregunta.- ¿Y a qué obedece, en su opinión, ese fallo?

Respuesta.- Creo que es que no se ha hecho Política. Los políticos tiene que estar para hacer política y los servidores públicos tienen que servir y es evidente que ha habido fallos. Yo me he dedicado los últimos años al patrimonio subacuático, a raíz del expolio de Odisey. Nos robaron el oro delante de nuestras narices, una empresa que llevaba seis años, ¡seis años!, trabajando en nuestras costas, con permisos de Exteriores, de Fomento, de la Junta de Andalucía. Después de ese tiempo, estos señores expolian y se largan; ahí me doy cuenta de lo que estamos haciendo. Es un problema cultural gravísimo, ¿por qué? Porque es un registro histórico como no hay otro igual en el mundo, que tiene las claves de esa Historia que no nos hemos contado, porque ahí está la mejor España de verdad. No eran barcos llenos de conquistadores sanguinarios, era una sociedad mestiza la que se hundía. Y no eran tesoros robados a los indios, por mucho que a alguno le gustaría que fuese así, era un ir y venir de bienes, de ideas, de fe, de abusos… Todo eso ya lo tenemos estudiado en tierra pero no hemos estudiado los barcos que lo hicieron posible. Ser consciente de que hay ahí un problema cultural tan grave con algo tan importante y que nadie había mirado, me hizo despertar. La Junta de Andalucía no tiene por qué encargarse de los galeones de la Carrera de Indias, eso es cuestión del Gobierno de España. ¿Y dónde está la estrategia? Pues eso, no hemos excavado ni un solo galeón, ni un barco de Trafalgar, ni un barco de Lepanto, nada de nada. Sólo hemos ido a la “Mercedes”, que es lo primero que se ha logrado hacer de política nacional, y está muy bien, ¿eh? Pero hay que hacer más.

«No creo que estemos ni falsificando la realidad ni traicionando a los lectores»

Pregunta.- Es lugar común hablar de las presiones o las interferencias que se ejercen sobre el periodismo por parte de los poderes políticos, financieros… ¿También ocurre con la sección de Cultura?

Respuesta.- Yo creo que el periodismo se halla siempre dentro de una olla a presión, y si hay algo que caracteriza al periodismo en la última década en España es que hemos pasado de medios pequeños, al igual que en el resto del mundo, a medios muy grandes. Cuando yo empecé en ABC, era una empresa familiar que sostenía y administraba un periódico. Ahora es un grupo multimedia enorme, porque ha sido la única manera de sobrevivir en un mercado con una competencia atroz, con una publicidad en declive y una economía en crisis. Y además con la llegada del mundo digital, que ha sido como el golpe que no nos esperábamos o que no sabemos si podemos aguantar de la misma manera. A la vez, esto ocurre en un momento en el que hay más lectores que nunca, porque llevamos un móvil en la mano y tú estás todo el día informado, con lo cual nosotros tenemos que salir a buscar a los lectores. Las mayores presiones que probablemente tiene el periodismo de cultura son de carácter político a veces, o de carácter corporativo. Es verdad que hay un problema de modelo financiero para la prensa, con medios que están desapareciendo, con expedientes de regulación de empleo… no hay mayor libertad que la autonomía financiera para el periodismo; y estamos, digamos, por debajo del listón. Pero lo que sí puedo decir es que el periodismo que yo veo merece confianza. No estamos vendidos a una presión, uno podría pensar que ABC que es un periódico de derechas con el Gobierno de Rajoy… en la parte que yo llevo, que es Cultura, podría pensarse que no hemos tenido ningún problema. Y sí, sí los hemos tenido. Pero es que ésa es la vida de un periodista, yo publico una cosa que habrá a alguien a quien no le guste que se publique y va a protestar y va a tratar de influir para que salga su historia. Nosotros estamos en el medio y nuestra responsabilidad es buscar un equilibrio, que todas las historias se oigan, pero también aportar criterios a los lectores, y yo creo que eso no ha dejado de hacerlo el periodismo. No creo que estemos ni falsificando la realidad ni traicionando a los lectores. Es más, creo que cada vez somos más conscientes de que nuestro medio pertenece a los lectores. Antes un lector enfadado te podía escribir una carta, pero es que ahora lo tienes en Twitter, tiene acceso a la misma fuente que tú, y además si no le gusta lo que has dicho, tarda cinco minutos en decirlo en público.

Pregunta.- ¿Qué reflejo cree usted que tiene sobre la Cultura este mundo hiperacelerado, hiperestimulado y a veces histérico que nos hemos dado hoy día?

Respuesta.- Creo que el mundo ha cambiado mucho y ha cambiado nuestra manera de leer. Antes un señor cogía un periódico y se lo leía de cabo a rabo, eso ya no ocurre. Leemos a fogonazos, miramos una cosa, mucho más de imágenes, pero también en las pantallas la lectura es menos reposada. Todavía nos gusta coger un libro, leerlo, en las pantallas tú no te lees un novelón, no hay más que ver las cifras del Centro de Investigaciones Sociológicas: el 80 por ciento de la gente lee tanto el periódico como el libro en papel, porque es un invento maravilloso; hay dispositivos que en dos años ya no valen porque ha cambiado el sistema, el libro en cambio, desde el siglo XII o desde los romanos, cambió el sistema de rollo a libro, pero se sigue pudiendo leer. En el periódico de papel, la publicidad no molesta; en el digital, te salta delante. Son dos mundos que hay que aceptarlos, porque vivimos con un pie en cada uno. Ahora bien, lo que creo que ha ocurrido es que ya no hay un criterio único, un canon cerrado que nos haga decir: “Esto es la Cultura alta y lo demás es despreciable”. ¿Por qué? Porque está todo tan conectado que incluso al señor director de la Real Academia Española le llegarán probablemente por Twitter cosas que son absolutamente frívolas. ¿Qué le digo? el Chiquilicuatre. ¿Usted se imagina a Dámaso Alonso sabiendo cualquier frivolidad de su época? Pues probablemente no. Es decir, estamos mucho más enfangados con lo que ocurre a nuestro alrededor, pero es que es el mundo es así, no podemos pretender que la Literatura que nosotros hacemos sea la de las hermanas Brönte. Está muy bien porque reflejará nuestra época, de la misma manera que la de las Brönte reflejaba la suya. Ocurre con el Arte, mucha gente se lleva las manos a la cabeza diciendo que hay una obra del artista japonés Murakami que ha valido no sé cuántos millones, y es una obra especulativa. Entonces, uno da un paso atrás, mira su época y dice: “¿Puede representar a mi época una obra que es una especulación económica, que es un poco frívola?” Pues yo creo que sí. Pero eso no quita para que haya otros artistas haciendo otras cosas, o haya un Banksy que se ha ganado el arte en las calles… El mundo es muy cambiante, lo que no hay ya es una corriente única. Entonces, el desafío para un periodista ahora es cómo conocer cosas de un lado y del otro y orientar los lectores para que aquellas historias que son interesantes le puedan llegar, es un buen trabajo.

Pregunta.- Junto con Sociedad, ¿son ustedes, los de Cultura, una especie de ‘cajón de sastre’ de un medio de comunicación?

Respuesta.- Sinceramente, en un país donde la política está como está, donde hemos terminado haciendo un gobierno por penaltis, si hay algo que nos puede orientar y aportar cosas a nuestra vida, sin duda, es la cultura; y la información de Sociedad también. Porque si hay un país que tiene un problema de identidad es el nuestro. Tenemos infinidad de fuerzas centrífugas, de cicatrices a veces mal cosidas. Creo que que vale la pena apostar por aquello que nos habla de cómo somos todos, de lo que podemos compartir, por aquello que nos hace elevarnos un poquito por encima del problema peculiar, pequeño, local, porque eso nos puede permitir hacer un camino entre todos. Volviendo al tema de los pecios, una de las cosas que pienso es en el día en que España sea consciente del valor que tendría irse a México a buscar con ellos un barco de nuestro pasado, de la Carrera de Indias, y delante de esos restos, encontrar allí la historia de los dos. Cooperación científica de primer nivel, innovación tecnológica de primer nivel porque son proyectos tecnológicos muy complicados, revisión de la Historia para derrocar algunos mitos, y mirada hacia el futuro desde el pasado. Me parecen valores que tiene que perseguir una sociedad moderna y abierta como la nuestra, que procede de una historia tan rica y tan compleja como la que tenemos. Pero eso tiene que tener detrás una estrategia, si somos capaces de verla y ponerla en práctica, no haremos más que enriquecernos. Eso es la Cultura, el llamémoslo “entertainment”, que incluye los espectáculos, las manifestaciones culturales, los festivales, el primer sector de la economía mundial, como me dijo una vez Juan Luis Arsuaga.

Pregunta.- En las páginas del periódico, comparaban ustedes hace unos días las políticas culturales de distintos países, y parecía que Italia iba por ese camino que señala.

Respuesta.- Italia ha hecho una jugada maestra. En el momento en que llegó la crisis, tuvieron muy claro que no iban a restar ni un ápice de su apuesta por su patrimonio y su cultura. Y así, han restaurado el Coliseo de Roma gracias a la marca Tod’s, las escaleras de la plaza de España con una marca de moda, no han dejado de estar todo el rato avanzando, vendiendo nuevas restauraciones, no han parado de hacer cosas. El presidente del Gobierno va cada dos por tres a Pompeya a dar una rueda de prensa, para eso, para darle un respaldo político. ¿Y qué hemos estado haciendo en España? Es verdad que el ministro Íñigo Méndez de Vigo ha cambiado algunas cosas, pero en la etapa anterior de la legislatura no se ha visto un cargo ni en un estreno de teatro, ni de cine, nada. Supongo que todo el mundo tendrá miedo de que le abucheen, pero es que va en el cargo. El sector de la Cultura se ha sentido abandonado, ha sentido que, mientras que la industria, en el asunto de la piratería, por ejemplo, estaba muy bien acompañada por el Gobierno, a la Cultura ni se la ha atendido ni siquiera recibido como se merecía.

Pregunta.- ¿Una razón (o dos, o tres) por la que no cambiaría la sección de Cultura del ABC por nada del mundo?

Respuesta.- Este es un oficio muy duro: jornadas inacabables, trabajamos a la vez en la web y en la edición de papel, hay días que no sabes cómo terminarlos, ¿no?, estás agotado. Y esos días, que a veces que te deprimes, entonces te dices: “Me voy un momento al archivo”. Y a mí me ha pasado, por ejemplo, un caso concreto. Hace algunos años teníamos que hacer un suplemento de cine los viernes. Me bajo al archivo y veo números de los años 20, y me encuentro que no tenemos nada que descubrir, porque el ABC clásico era eso, lo que queremos hacer: fotos a toda página, un valor de las imágenes maravilloso, reportajes y entrevistas escritos por gente que lo hacía muy bien, estaban los mayores nombres de la Cultura en el ABC, y es un honor y una responsabilidad estar en el mismo lugar, porque seguramente no llegamos ni al zancajo. Lees los temas de sociedad, los reportajes que daban en esos suplementos estaban volcados con una mirada esperanzadora hacia el futuro, contados con optimismo, en pensar que todo podía mejorar, ¡y estaban a diez años de una guerra civil! En ese momento, te das cuenta del valor humanístico que tiene todo eso. Que venga la señora Curie y dé una conferencia en la Residencia de Estudiantes, o el señor Einstein, o de que un señor Neville que está en Hollywood jugando al tenis con Charlot te cuente lo que está haciendo; el cosmopolitismo más maravilloso, la tradición literaria más castiza y más internacional también; la manera de entender España más poliédrica, con Eugenio D’Ors, Wenceslao Fernández Flórez. Es una escuela. Bajas a inspirarte y vuelves embriagado de lo que ha sido esta cabecera. Y evidentemente me imagino que habría redactores en aquellas redacciones que tendrían días muy duros y estarían muy deprimidos, y a lo mejor veían los números antiguos de Blanco y Negro para restañar sus heridas. Y probablemente eso es algo que otros periódicos no tienen. Somos el único que ha sobrevivido a la Restauración, a la Dictadura, a la República, a la Guerra Civil, a la dictadura de Franco, a la Transición, no hay otro medio que tenga ese bagaje en la piel. Cuando oyes, por ejemplo, que no sé quién inventó el periodismo femenino hace treinta o cuarenta años, que se dice últimamente porque parece que antes no ha habido nada. Pues hay que recordar a Sofía Casanova, la gran periodista que ABC envió a la primera guerra mundial, que llegó incluso a entrevistar a León Trotsky, y a quien una compañera nuestra, Inés Martín Rodrigo, ha dedicado una novela, “Azules son las horas”.

«F e r r e r – D a l mau hace que la gente interesada por la Historia se sienta comprendida»

Pregunta.- Una última cuestión para preguntarle sobre la obra del pintor Augusto Ferrer-Dalmau. ¿Hay que derrochar unas cuantas gotas de locura para pintar en España lo que él pinta?

Respuesta.- Bendita locura. No le conozco hace demasiado tiempo, ha sido una amistad reciente e intensa. Hay una cosa que cuando le conocí, me despertó la admiración. Cada vez que tenía que publicar algo de Historia, sobre todo del tema de los barcos, no hay galeón que no se haya hundido y que no lo haya pintado un inglés. Es muy difícil encontrar un cuadro español de nuestra Historia, y la única pintura histórica relevante es la de finales del siglo XIX y está muy contaminada por el momento que vivía España, que es justo antes de la Revolución Gloriosa. Se da una visión muy idealizada, muy mitológica. Resulta que, en un mundo audiovisual, no tenemos imágenes para contarnos nuestra Historia. Y llega Augusto Ferrer-Dalmau, que se documenta forma exhaustiva para sus cuadros: los uniformes, las armas, qué fue, dónde pasó, cómo ocurrió… Entonces, ¿cómo no va a provocar lo que está provocando? Que la gente que tiene interés por la Historia, que es muchísima más de la que parece, se entusiasma cuando ve sus cuadros, porque se siente comprendida en esa sed por tener una visión de nuestra Historia.

Entrevista a Salvador Amaya

“No entiendo el arte en que el espectador tenga que especular sobre lo que quiere decir el artista”

[Por Carlos Molero]

Salvador Amaya (Madrid, 1970), hijo del escultor Marino Amaya, su fuente de inspiración, expresa en esta entrevista su desconcierto por los derroteros que viene tomando el llamado ‘mundo del arte’ en las últimas décadas, en las que se intenta imponer la idea de que no existen cánones. Dedicado a la escultura figurativa, recela completamente del arte abstracto.

Pregunta.- Comienzo tomando una cita de su propio blog: “Creo que la falta de criterio a la hora de valorar una obra de arte, viene condicionada por el desconocimiento más absoluto sobre el proceso de creación”. Me gustaría conocer precisamente esto último, ¿cómo es el proceso de creación? ¿Cómo se modela una escultura? ¿Aparte de “retirando del bloque de mármol todo lo que no es necesario”?

Respuesta.- Bueno, esa cita venía a propósito de mi disconformidad con el mundo del arte tal y como está establecido hoy en día. Nos encontramos en un tiempo en el que todo vale, no existen cánones en los que poder fijarte para establecer si una obra es artística o no. Da igual el resultado o si te provoca emociones. El artista se acaba volviendo cómodo y en lugar de buscar agradar al espectador, es el espectador el que tiene que adaptarse al artista. En mi caso no es así, procuro facilitar el dialogo entre la obra de arte y el observador, así que empleo mucho tiempo y esfuerzo. Trabajo con arcilla como se hace desde tiempos inmemoriales y los inicios son realmente complicados. Al principio te limitas a poner barro, siendo consciente del resultado que quieres, pero es una masa informe a la que poco a poco vas dando forma. Yo trabajo mucho con compases y plomadas, me preocupa mucho no desproporcionar o ver algo que no debería estar, así que suelo trabajar con modelos humanos y si es necesario con vestuario especial. Hay cosas que tienes que verlas, que no las puedes inventar. Una arruga mal colocada puede estropear una obra. Imagine que profundizo demasiado esa arruga y visualmente parece que se incrusta en una pierna. ¿Sabe dónde van a ir todas las miradas, verdad? Cuanto trabajas sobre la realidad, o haces una obra veraz o deséchala. Una vez que el barro está en su sitio es cuando empiezo a deleitarme con los detalles. Es la parte más gratificante de mi trabajo porque en ese momento es cuando empiezas a ver cómo avanza la obra y vas tocando diferentes partes. Por ejemplo, me pongo un rato con una oreja, otro rato con un brazo, otro con el pelo. Eso sí, el rostro lo dejo para los momentos en los que estoy especialmente inspirado. Imprimir el gesto no es algo mecánico, para eso sí que no hay cánones, es algo muy personal y de hecho suele ser lo último que termino, porque hasta que no quedo conforme con el rostro, no doy por terminada una escultura. En principio, mi trabajo terminaría en este punto porque cuando finalizas el barro, le sacas un molde para conservar la obra. A partir de ahí puedes reproducirla en mármol, piedra o bronce. Particularmente soy muy escrupuloso con los acabados, así que participo en todos los procesos, ya sea repasando las ceras o los bronces.

Pregunta.- ¿Es usted artista (preferiría decir trabajador) de inspiración o de tenacidad constante? Se lo pregunto porque tal vez la imagen idílica que los profanos tenemos de los artistas es la de un hombre que alterna la actividad frenética al amparo de la inspiración, con momentos de frustración o, por qué no decirlo, de pereza (que también ustedes son humanos). Y sin embargo, los artistas siempre hablan de lo mismo: trabajo, trabajo, trabajo, y constancia.

Respuesta.- (Ríe) ¿Cómo lo sabe? Verá, para mí la escultura es mi oficio, me dedico profesionalmente a ello, por lo que soy consciente que un trabajo hay que terminarlo y terminarlo bien. Cierto es que hay días que te apetece más y otros menos, pero siempre hay cosas que hacer. Los días en que no estoy especialmente inspirado me dedico a cosas más mecánicas, como una cota de malla, un bordado o unos botones. Pero sé es cierto que hay momentos en que te vienes arriba y aprovechas para modelar lo importante; o de repente, tienes un momento de lucidez y cambias totalmente algo porque visualizas un resultado alternativo. A medida que trabajas, la obra evoluciona. Nunca acaba igual que lo habías planteado. Es apasionante comprobar cómo la transformación de un boceto inicial a una escultura definitiva puede tener tantas variaciones. ¿Frustraciones? Muchas. Sobre todo en las épocas en las que no hay encargos. Así que es normal que sólo hablemos de trabajo. La vida de artista es muy inestable, cuando hay trabajo pones tus cinco sentidos en hacer la obra de tu vida; y cuando no hay trabajo, los pones en encontrar un nuevo proyecto. En mi caso, soy terriblemente obsesivo, lo cual es bueno y malo. Bueno porque tengo la mente en constante funcionamiento, y malo porque no sabes cómo parar la vorágine de ideas que te asaltan. Creo que como en cualquier trabajo creativo

Pregunta.- Echando un vistazo a su obra, observo el predominio absoluto de la figura humana, ¿no se plantea –o tal vez no ha llegado aún el encargola fundición de algo tan tradicional como es una figura ecuestre?

Respuesta.- Lo estoy deseando, pero efectivamente aún no ha llegado el encargo. Dirán los lectores que por qué no la hago por mi cuenta y riesgo, así que adelanto la explicación. La escultura es la disciplina artística más costosa, económicamente hablando; con lo cual, descartamos hacer algo monumental. Y ahora dirán los lectores que por que no la hago en pequeño formato y yo les digo: soy escultor monumentalista, no sé por qué, pero solo estoy cómodo trabajando en gran formato. He hecho algunas cosas pequeñas, pero no estoy muy conforme. Supongo que cada uno tiene una línea en la que se siente especialmente a gusto, y la mía es el monumento. Ni siquiera el tamaño natural. Siempre consideré que la estatuaria pública era la forma en que el arte se hace accesible a cualquier persona, no sólo a las élites que pueden adquirir una obra determinada. Todos, sin condición, podemos disfrutar y admirar una obra que está en la calle. Volviendo al tema de la ecuestre, le puedo decir que llevo tiempo pensando en un Hernán Cortés a caballo. Mientras llega ese momento, prometo ir estudiando la musculatura y movimientos del caballo para cuando llegue el día de hacer un Cortés espléndido y del que sentirnos orgullosos los compatriotas.

Pregunta.- Con qué personajes se siente más cómodo trabajando? ¿Personajes ilustres, militares, escritores…? En el mismo sentido, ¿cuál es su material preferido y por qué?

Respuesta.- Cualquier personaje histórico me gusta, forman parte de nuestro pasado y nos condicionan lo que somos en el presente. Todos son modelables y admirables en alguna faceta, pero sí que es cierto que tengo predilección por los temas militares. Mi familia materna tiene amplia tradición militar y quizá haya arraigado en mí ese sentimiento de honor. Las grandes hazañas y gestas me provocan emociones que no puedo describir. Me resulta fácil meterme en la piel de un personaje con cuyos valores me identifico; y cuando eso sucede, trabajas con orgullo y pasión. Es mi manera de rendirle honores, así que pongo el alma en lo que estoy haciendo. Siempre fundo la escultura en bronce, es el material más duradero y el que mejor aguanta las inclemencias del tiempo. No puedo imaginar la escultura de un héroe en piedra al que le han roto un brazo o cualquier otra parte del cuerpo, prefiero héroes eternos en materiales eternos..

«No comparto la visión abstracta de la realidad, es más, no la entiendo»

Pregunta.- Doy por hecho que no será nada fácil salir adelante con una actividad como la escultura, en la que entiendo que no llueven los encargos, ¿o sí?

Respuesta.- La verdad es que no. Hace años sí se notaba cierta alegría en el sector público, pero aquella época dorada se frenó en seco. Quizá hubo un abuso por parte de los Ayuntamientos. Se hizo mucho, muchísimo, se “adornaron” rotondas sin orden ni concierto y la cantidad ingente de obra pública instalada acabó perjudicando a los que llevamos toda la vida trabajando en esto. Hace tiempo que comprendí que tenía que cambiar el concepto. Antes, el cliente proponía y ahora soy yo el que hace las propuestas y busca la financiación. La verdad es que me gusta el rumbo que ha tomado mi carrera a raíz de comprobar que las iniciativas ciudadanas funcionan. Me encanta poder elegir yo el personaje, decidir lo que hago y posteriormente ilusionar a los implicados. Afortunadamente, hay muchas personas dispuestas a recuperar esa parte de la Historia de España que parece que hemos olvidado. Estoy más implicado que nunca en mi trabajo porque ya no sólo modelo una escultura determinada, ahora lo vivo como si fuera una parte de mí, más que eso, como si fuera un hijo, me involucro de principio a fin en el proceso. Desde buscar asesores históricos a patrocinadores, desde modelar hasta la instalación final.

Pregunta.- Y en cuanto a sus escultores más admirados? ¿a quién le gustaría emular? No le digo a quién envidia, porque es uno de los pecados capitales, y el más español de todos

Respuesta.- Voy a hacer patria y nombraré a los que me siempre me inspiraron: Benlliure, Marinas y Querol, no necesariamente por ese orden. Todos ellos tenían una capacidad creadora increíble, resolvían conceptos de forma magistral y lo mejor de todo es que, aun coincidiendo en el tiempo, hubo sana competencia entre ellos. Pero para ser justos, debo decir que quien me enseñó a caminar por el mundo de la escultura fue mi padre, Marino Amaya. De él me quedo con la capacidad de trabajo, era incansable. Cada día amanecía con ideas nuevas y era capaz de ejecutarlas rápidamente. Aunque mi estilo es diferente al de los grandes maestros, siempre recurro a ellos para ver cómo han interpretado ciertas cosas.

Pregunta.-¿Le atrae otro tipo de escultura, la no figurativa, por ejemplo?

Respuesta.- La verdad es que no. No comparto la visión abstracta de la realidad, es más, no la entiendo. Soy una persona clara y me gustan las cosas claras. Y si me dan licencia para embellecer esa realidad, mejor. En mi opinión, el arte no debe limitarse a plantear un concepto y que el espectador tenga que especular lo que quiere decir el artista. Me parece algo egoísta y vanidoso. Debemos ser los artistas los que hagamos accesible la comprensión de nuestra obra. Esto no significa que hagamos arte simple, todo lo contrario. La realidad está llena de matices y detalles con los que poder jugar y cada obra encierra una serie misterios y obsesiones personales. Personalmente, procuro imprimir parte de mi alma en cada escultura y la transparencia con la que voy por la vida se refleja en ellas. Hace años que me dijeron que el artista evoluciona, pero yo me veo igual, quizá con una técnica más perfeccionada, pero sigo imprimiendo el mismo carácter heroico y solemne. Me gusta lo que hago y de momento no tengo otras inquietudes

«Si algo es bueno, lo es siempre, no debería ser necesario que pasen 200 años para reconocer una obra de calidad»

Pregunta.-Usted, al igual que el pintor Augusto Ferrer- Dalmau, está fuera de los circuitos artísticos o, si lo prefiere, fuera del “establishment”. ¿Cuánto de impostura tiene el mundo del Arte? ¿hasta qué punto se valora hoy día la calidad artística de una obra por motivos ajenos al propio arte? ¿tal vez, al igual que el vino, hay que dejar que las obras de arte “cojan poso” para ser valoradas?

Respuesta.- Cierto, tanto Augusto como yo, no hemos querido entrar en esos círculos artísticos. Lo hemos comentado muchas veces. El mundo del arte, tal y como está establecido actualmente, no es para nosotros. Vivimos una época de relativismo absoluto, todo vale, cualquier ocurrencia es válida. Muy bien, pero yo no quiero entrar en ese círculo y creo que Augusto tampoco. Cuando te esfuerzas tanto en sacar adelante una obra de calidad, las corrientes artísticas actuales te parecen un insulto a tu trabajo. Y ahora hablo por mí y es que tengo algunas teorías al respecto. Los artistas figurativos que trabajamos a la antigua usanza, no tenemos una gran producción. Cada obra supone una inversión de tiempo importante, plantearla, documentarla, estudiarla y materializarla supone tener una producción muy limitada. ¿Por qué el mundo del arte va a esperar tanto tiempo a tener una obra de calidad cuando hay obras de rápida creación a las que dar salida? Al fin y al cabo es un mercado, y como cualquier mercado exige producción rápida y contraprestación inmediata. No quiero que nadie se lleve las manos a la cabeza por lo que pueda haber dicho, sólo pretendo que los lectores no tengan miedo a que les tachen de ignorantes si dicen que algo no les gusta. Si no comulgar con ciertas corrientes es de ignorantes, yo levanto la mano el primero. Respecto a que se valore a una obra cuando “coja poso”, mi opinión es clara. Si algo es bueno, lo es siempre, no debería ser necesario que pasen 200 años para reconocer una obra de calidad. Me parece de una estupidez extrema.

Pregunta.- Veo en su blog que con la figura del peregrino vivió una experiencia singular, ¿nos podría rememorar ese momento y qué significó para usted, que profesa la fe católica?

Respuesta.- El monumento al peregrino me vino en ese momento de la vida en que se te plantean las famosas dudas existenciales o quizá simplemente me dejé llevar por el carácter espiritual de la obra, no lo sé. Lo que sí puedo asegurar es que viví aquel trabajo con mucha intensidad. Soy católico porque soy coherente con mis raíces grecolatinas, pero soy una persona llena de errores que no puede considerarse practicante. Creo que depende la obra en la que esté trabajando, me transformo. De alguna manera todas me aportan algo y el peregrino, hasta la fecha, es la única que trata el tema espiritual. No creo que hubiera podido concluir la escultura de forma satisfactoria si hubiese estado disperso en cosas mundanas, y quizá fue ese mundo interior que despertó en mí, lo que hizo que estuviese más receptivo a percibir los pequeños milagros que se nos dan a diario.

Pregunta.- Se reconoce como un militar frustrado, o una persona de espíritu militar. ¿Con qué cualidades de la milicia se siente usted más a gusto?

Respuesta.- Me quedo con persona de espíritu militar. El honor, el valor, el amor por tu patria, el deber cumplido y la estrategia, son valores que procuro aplicar a mi vida como civil. Quizá por eso procuro imprimir esas cualidades cuando me enfrento a una escultura de corte militar, porque van implícitos en mi persona y me resulta fácil visualizar como quisiera el militar en cuestión verse representado. Valoro muchísimo y agradezco al mundo militar ser garantes de nuestra seguridad y nuestro modo de vida, así que cualquier encargo que me viene relacionado con héroes y grandes gestas, lo encaro con pasión. Estoy percibiendo un sentimiento cada vez más generalizado de ensalzar la grandeza de nuestra historia. Seguramente Augusto Ferrer-Dalmau tuvo mucho que ver a la hora de plasmar artísticamente esa realidad, fue pionero en retratar episodios que teníamos olvidados, y con su permiso, me gustaría recoger el guante y representar escultóricamente momentos y personajes históricos de los que sentirnos orgullosos. Aunando esfuerzos estoy seguro que conseguiremos devolver esa memoria perdida, a través de algo tan visual y estético como las Bellas Artes.

Entrevista a Vicente Barrera

“Me parece increíble que se legalice a eh bildu en pro de la libertad y se nos ilegalice a nosotros que somos gente honrada””

[Por Cristina Seguí]

Dice Vicente Barrera (Valencia, 1968) que él será torero hasta el día que se muera, y eso que llegó a la tauromaquia mientras cursaba estudios de Derecho. No se muestra preocupado por las protestas de gente en contra de los toros, que siempre ha habido, pero sí por la progresiva politización del toreo.

Pregunta.- Un licenciado en Derecho, camino de la abogacía, que termina en el ruedo, pese al empeño familiar en contrario. ¿Cómo fue eso? ¿Cómo sintió el tirón por el mundo taurino, abuelo aparte?

Respuesta.- Principalmente por vocación. Intenté una aventura que parecía imposible y que nada tenía que ver con mi trayectoria de vida y conseguí cumplir un sueño gracias al tesón, un poco de suerte y mucha vocación. Por poner un ejemplo de lo que puede conseguirse gracias a ello a pesar de las circunstancias, le contaré que en el año 92 fui por primera vez a la Feria de Sevilla a ver toros y jamás me había vestido de torero ni hecho el paseíllo en público. Dos años después tomé la alternativa en Valencia, toree mi primera Goyesca y fui el primer valenciano en abrir la puerta del príncipe.

Pregunta.- ¿Qué cualidades entiende usted que ha de reunir una persona cuyo trabajo supone estar al filo de la muerte?

Respuesta.- En este caso hablaré de los toreros, ya que hay muchas otras profesiones que exigen a quien las ejerce estar al filo de la muerte. Hay dos cualidades que son imprescindibles: la primera es un máximo de vocación y la segunda un mínimo de valor. Si cualquiera de las dos falla, es muy complicado.

Pregunta.- Ese mínimo de valor estará por encima del máximo para el común de los mortales, ¿no cree?

Respuesta.- No, no crea. Ese mínimo de valor se puede adquirir con la entrega, la vocación y la preparación, la técnica y el estado físico.

Pregunta.- Me gustaría conocer cómo define usted el miedo y cuáles eran sus ‘trucos’ para sobreponerse a él?

Respuesta.- Es evidente que el toreo es una profesión donde el miedo está muy patente, y creo que eso le aporta el cariz mítico a su figura ya que la profesión te exige superar diariamente una serie de retos que para el común de los mortales sería muy difícil superar. No creo en los trucos, sino en la vocación, la preparación y la técnica aprendida con la muleta y el capote. El torero vive entregado a este mundo y por tanto a su preparación física, psicológica y técnica para hacer de algo extraordinario algo ordinario. Sobre las tradiciones y el componente religioso, creo que más que por el toreo en sí, encomendarte a los santos que conoces y puedes convertir algunas costumbres en ciertas manías, es parte de la naturaleza humana cuando tiene que afrontar el miedo. Como creyente, yo siempre rezaba y además tenía la manía de empezar a vestirme por el lado izquierdo.

«En Francia, el público va a ver los toros como cuando va a un museo a ver pintura o escultura»

Pregunta.- En plena faena, ¿al toro lo veía como una bestia irracional de la que dependía su propia vida o como el camino para alcanzar el triunfo, se formaba algún tipo de vínculo por unos minutos entre el toro y usted?

Respuesta.- Siempre he visto al toro como un medio más para alcanzar el triunfo. Un colaborador necesario. Cuando el toro sale por la puerta lo hace como animal irracional, y el toreo ha de estudiar con racionalidad su comportamiento a lo largo de la lidia para intentar extraer de su bravura lo mejor de sí mismo. En ocasiones resulta fácil; en otras, muy complicado. Pero más allá de eso, la empatía que siempre he sentido por el toro ha sido por el convencimiento de que es uno de los animales más maravillosos del mundo. Un ser con unas cualidades únicas. Para nosotros es nuestro animaltótem. Siento por él un gran respeto y una gran admiración.

Pregunta.- Siempre se habla del matador, del torero, pero en la plaza no está solo, le acompaña, protege y ayuda la cuadrilla. ¿Qué relación se establece con ellos y hasta qué punto el trabajo de la cuadrilla apuntala el triunfo del ‘primer espada’?

Respuesta.- En estos últimos tiempos se ha comercializado bastante la figura de los subalternos. Es un profesional que tiene que hacer una labor imprescindible. Yo personalmente y salvo alguna excepción, no soy el típico matador que se ha hecho íntimo amigo de sus subalternos, pero si conozco casos para los que su cuadrilla es casi su segunda familia, pero no es mi caso. Siempre he preferido distinguir una cosa de otra.

Pregunta.- ¿Considera la tauromaquia como un arte? ¿Una relación peculiar entre el Hombre y la Naturaleza? ¿Un triunfo de la razón frente a la fuerza bruta?

Respuesta.- Para mí el toreo es el arte con mayúsculas, el arte por antonomasia, y tanto es así, que las principales bellas artes que existen siempre se han inspirado a lo largo de la historia en el toreo: la música, la poesía, la escultura, la pintura. Todas. Es el único de los artes efímeros que se crea en el momento y es irrepetible. Nace y muere cada tarde.

Pregunta.- La tauromaquia es un fenómeno absolutamente español, o ibérico tal vez, exportado como rasgo cultural de España a Hispanoamérica y con fuerte presencia también en Francia. ¿Le duele que sufra esa contestación tan ardiente por parte de determinados grupos, animalistas, secesionistas…?

Respuesta.- Los anti taurinos no me preocupan ni me han preocupado nunca. Siempre existieron y son una parte más del toreo. Lo que me preocupa es la politización del toreo, ponerlo a disposición del populismo aprovechando el desconocimiento. Me gustaría que los políticos ni siquiera tuvieran que defender el toreo. Me preocupa que los toreros y la gente que quiere disfrutar de este arte puedan ejercer la libertad, me preocupa que se nos pueda ilegalizar como si fuéramos criminales como ha llegado a ocurrir en Cataluña. Me parece increíble que se legalice a EH Bildu en pro de la libertad y se nos ilegalice a nosotros que somos gente honrada.

Pregunta.- ¿Qué males aquejan hoy día a la Fiesta? ¿Falta público, pérdida de calidad en las ganaderías, cierto síndrome de ‘Liga de Fútbol Profesional’, en el que hay tres o cuatro estrellas muy mediáticas pero el resto pasa desapercibido?

Respuesta.- Desde luego no es la falta de público. La gente desconoce el hecho de que en España el toreo es el segundo espectáculo más visto por detrás del fútbol. Por dar un ejemplo, va mucha más gente a ver los toros que a ver cine y se siguen vendiendo millones de entradas. Esta es la razón por la cual viendo que no van a acabar con los toros de forma pacífica, están atacando la fiesta desde el ámbito político y económico. Eso es lo que a mí me preocupa: el ataque indiscriminado por parte de la clase política no sólo a los toros sino a la libertad.

Pregunta.- ¿Hay mucha diferencia entre los públicos de España, de Francia o de Hispanoamérica? ¿Cómo los recuerda?

Respuesta.- Sí, sí la hay. La personalidad no la tienen los públicos, sino las plazas. La idiosincrasia de la plaza deja la impronta en el público, y no al revés. La plaza a lo largo de los siglos ha ido desarrollando su propia personalidad. Ciertamente cada país ha creado su propia personalidad. En Francia se ha creado una personalidad propia. Quizás es donde se vive la tauromaquia desde un punto de vista más cultural. La gente es muy entendida, estudia el arte y no se queda sólo en el espectáculo. Van a ver los toros como cuando va a un museo a ver pintura o escultura. Al tener esa categoría cultural, allí será mucho más difícil acabar con ellos. En España además de cultural, tiene un importante cariz festivo. En América son muy parecidos a nosotros, también con ese cariz festivo aunque en zonas como Perú es más cultural, en Colombia tiene un poquito la mezcla de los dos

Pregunta.- ¿Deja un torero de ser torero alguna vez?

Respuesta.- No. Recuerdo que una vez un político me presentó como ex torero, y yo le contesté: “Se puede ser ex político pero nunca ex torero”. Yo soy torero, tengo mi carnet de matador y seré torero hasta el día en que me muera.

Entrevista a Arturo Pérez Reverte

“En el mar todo está muy claro y es muy simple, muy recto. Y esa simpleza de las cosas es lo que me gusta del mar”

[Por Carlos Molero]

El Museo Naval de Madrid acoge hasta mediados del mes de julio la exposición «Hombres de la mar, barcos de leyenda», cuyo comisario es el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1950). Resulta difícil no encontrar alguna referencia al mar en sus novelas y artículos de opinión. Tanto es así que algunos de éstos últimos dedicados al mundo del mar están recopilados en un libro titulado «Los barcos se pierden en tierra». En esta entrevista, nos habla de la exposición, de la inveterada tradición naval española y de todas aquellas cualidades que hacen del mar un lugar al que escapar de «las estupideces y las tonterías» de la tierra adentro. Qué duda cabe, tal y como él mismo tituló una de sus columnas allá por agosto de 2013, ante usted «está pasando un marino».

Pregunta.- ¿En qué consiste esta exposición «Hombres de la mar, barcos de leyenda»?

Respuesta.- Son once barcos emblemáticos, tanto reales como de ficción, desde la nave Argo de los argonautas hasta el Titanic y el Bismarck. Cada uno no es solo el barco, es su contexto, los barcos relacionados con él, cada uno es una puerta a un momento de la navegación.

Pregunta.- La exposición, ¿es una muestra de la conquista del mar por el hombre? ¿de su afán de superación? ¿es una narración histórica de la navegación?

Respuesta.- Cuenta la historia de la vinculación del hombre con el mar. La primera literatura de que tenemos noticia en Occidente habla de naves, de mar, del Mediterráneo. Y el mar, por ambición, por necesidad, por afán de conquista, por aventura, por mil razones está presente en la Historia del Hombre, ningún pueblo se explica sin el mar. Ahora ya tenemos automóviles, tenemos aviones y otros sistemas de comunicación, pero entonces era el mar el principal. El mar ha marcado siempre la Historia y la Memoria. La exposición es un recorrido por la historia y la memoria a través de esos once barcos emblemáticos.

«España es un país que ha vivido de espaldas al mar, y ha sido injusto con su propia memoria náutica»

Pregunta.- En la presentación de la exposición, dijo usted algo así como que cuando los ingleses estaban echándose a la mar, España había navegado ya todos los mares del mundo…

Respuesta.- España es un país que ha vivido de espaldas al mar, y ha sido injusto con su propia memoria náutica, marítima. Parece que los ingleses son los reyes del mar. De hecho, todas las películas, toda la literatura marítima tiene que ver con lo anglosajón; y sin embargo, cuando ellos eran todavía, digamos, pescadores de cercanías, los españoles navegaban ya por todo el mundo, habían dado la vuelta al mundo, navegaron el Atlántico, descubrieron América, el Mediterráneo era un mar nuestro… La historia de España está vinculadísima al mar, pero a diferencia de los anglosajones, España no ha sabido conservar su memoria ni ha sabido reconocer la deuda enorme que tenemos con el mar. Hemos dejado que otros países, con sus tradiciones marineras y sus historias, apaguen la nuestra, una historia que está ahí. Hay una cosa muy interesante, cuando estábamos intentando montar unos vídeos para esta exposición, hemos encontrado muchísimas películas anglosajonas de las que sacar material; pero españolas no había casi ninguna: «Cateto a babor», «Alba de América»… Es muy triste que, de toda la filmografía española, películas que merezcan la pena y que tengan que ver con el mar haya dos o tres nada más, nada más.

Pregunta.- ¿Los logros de qué marinos españoles están aún por recordar?

Respuesta.- La lista sería interminable. Si hubiera que hacer un monumento a cada marino español que ha sido decisivo en la navegación, en la guerra, en la exploración, no habría sitio suficiente en las ciudades españolas para sus estatuas. Elcano, Blas de Lezo, Churruca, Alcalá Galiano, los Pinzones… Pero no sólo capitanes, acuérdese de Cervantes, que combatió a bordo de la galera «Marquesa» en la batalla de Lepanto. O el famoso capitán Contreras, que tiene un derrotero extraordinario, donde cuenta todas las rutas interesantes del Mediterráneo. Y lo hizo con su propia experiencia náutica, y era un soldado de infantería. Pero como decía antes, España nunca ha prestado interés a esto, y hemos dejado que otros países se adueñen de la leyenda cuando nos corresponde una buena parte de ella.

Pregunta.- Por supuesto que el mar ha sido lugar de combate y de conflicto. ¿Qué hace singular, en su opinión, la lucha en el mar?

Respuesta.- Bueno, no sólo de combate, el mar ha sido también lugar de comercio, de aventura, de descubrimiento, de viaje… y de guerra también. Yo tengo una profunda admiración por los marinos, por cualquier tipo de marino. Pero si además han estado combatiendo, la admiración es doble, porque ya a la dureza del mar, al caos, a los temporales, al viento, al frío, a la incomodidad, al movimiento, a la incertidumbre, que ya es mucho -como sabe cualquier marino-, si a todo eso se le unen los cañonazos, las astillas, el combate, la guerra, la muerte, la mutilación… Eran hombres extraordinarios. Como digo siempre, eran barcos de madera, pero sin los hombres de hierro que los tripulaban no habrían sido nada. Y esos hombres de hierro fueron los que hicieron famosos a los barcos, fueron el alma de esos barcos.

Pregunta.- En alguna ocasión, ha hablado usted de los marinos que conoció en su infancia y su juventud en Cartagena. ¿Qué le llamaba la atención de ellos para que aún hoy permanezcan vivos en su memoria?

Respuesta.- Yo me he criado entre marinos, desde pequeño, tanto marinos de guerra como marinos mercantes, y entre lecturas del mar y relatos de marinos; con lo cual no podría decir una única característica, son muchas: su forma de ser, su manera de comportarse en tierra, un cierto «autismo» con respecto a las cosas de la tierra, una cierta inocencia o ingenuidad con respecto a esas cosas de la tierra, la diferencia de valores, ellos daban importancia a cosas a las que en tierra no se dan. Yo soy capitán de yate, paso mucho tiempo en el mar, tengo un velero y navego, y entiendo lo que ellos sentían porque es verdad que cuando estoy navegando, mar adentro, enfrentado a los problemas de la navegación, no tienes tiempo de pensar en cosas que quedan en tierra. El mar es tan absorbente, tan intenso, que requiere todo tu interés, toda tu atención y eso hace que en el mar la gente sea diferente. Los marinos son la gente a la que más respeto del mundo; pero no los marinos antiguos, sino también a los de ahora. Para mí un marino tiene un plus de respeto por el hecho de ser marino.

«Para mí un marino tiene un plus de respeto por el hecho de ser marino»

Pregunta.- Suena como a una especie de religión…

Respuesta.- Bueno, quizás eso sea sublimarlo mucho. El mar tiene una cosa importantísima, y es que hay unas reglas muy precisas, que si no las cumples, mueres. Incluso aunque las cumplas, puedes morir. En el mar no hay tonterías, no puedes engañar. El que es marino es marino, y el que no lo es, no lo es. En mitad de un temporal, o en medio de una noche oscura sin instrumentos, tienes que orientarte y llegar a un puerto. Y o eres marino o no lo eres. Ahí no vale el dinero, ni lo charlatán que seas, ahí no puedes comprar tu supervivencia ni tu experiencia. El mar es la prueba del algodón definitiva, el que está allí es porque es capaz de estar y el que no, muere. Y aún así, incluso sabiendo mucho, mueres también. Como dice Justin Scott en el mejor libro de aventuras de mar moderno que se ha escrito, que es «El Cazador de barcos», «en el mar puedes hacerlo todo bien y aún así, el mar te matará; pero si eres un buen marino, tendrás la satisfacción de, al menos, saber en qué latitud y longitud el mar te mata».

Pregunta.- ¿Qué encuentra en el mar que eche de menos en tierra?

Respuesta.- Las reglas. El mar exige un cumplimiento estricto de las reglas. El mar no perdona la indisciplina, no perdona la distracción, no perdona nada, es implacable. Yo soy capitán de yate, soy el patrón de mi barco. Con un amigo, con un familiar puedo discutir en tierra, decidir qué hacemos o qué no hacemos, pedir opinión: pero en el mar no, en el mar yo decido, no hay posibilidad de discutir, en el mar no existe la democracia. En el mar, es la cadena de mando, hay un patrón que manda y hay que obedecer, se equivoque o no. En el mar todo está muy claro y es muy simple, muy recto. Y esa simpleza de las cosas, esa preminencia de las reglas es lo que me gusta del mar. El mar es un lugar muy peligroso que tiene unas reglas implacables, es la realidad. Y también por eso me gusta el mar, porque no cualquiera puede estar allí.

«En mi barco, ni se grita ni se discute ni se corre»

Pregunta.- Si cierra los ojos y evoca el mar, ¿qué se le viene a la cabeza?

Respuesta.- La tierra lejos. Cuando voy navegando y pongo rumbo perpendicular a la costa y pierdo de vista la tierra, siento que he entrado en una dimensión diferente y mucho más agradable. Las estupideces, la demagogia, las tonterías, las imprecisiones de tierra firme quedan atrás, y en el mar solamente estás tú, tu responsabilidad, tu barco y las reglas. Y con un buen barco y con las reglas puedes dar la vuelta al mundo, navegar eternamente. Y eso está muy bien.

Pregunta.- ¿Es por tanto un marino solitario el último reducto de la libertad?

Respuesta.- Sí, pero no tiene por qué ser solitario, todo es cuestión de con quién navegues, ¿no? Una tripulación silenciosa es más útil que un navegante solitario, que tiene que dormir, tiene que descansar. Una tripulación de gente disciplinada y silenciosa a bordo es incluso mejor, porque puedes descansar y dejar en sus manos el gobierno del barco. Cuando haces un viaje largo y tienes que navegar noche y día y tienes que hacer guardias, ir con gente competente a bordo, gente a la que conoces, que sabes que va a hacer sus cuatro horas de guardia con disciplina, con rigor y con vigilancia, te permite irte a dormir tranquilo. No, no, a mí me gusta llevar tripulación, pero tripulaciones silenciosas y disciplinadas. Como digo siempre, en mi barco ni se grita ni se discute ni se corre.

«El mar continuamente te está dando la oportunidad de vivir una aventura racional, meditada, experimentada y calculada”»

Pregunta.- En un mundo tecnológico como el de hoy día, lleno de GPS, satélites, infrarrojos, ¿queda aún sitio para la aventura en el mar?

Respuesta.- Sí, sí queda, sí. Porque incluso con tecnología, si tú estás navegando en el canal de la Mancha o en el estrecho de Mesina y el tráfico de mercantes te tiene en vilo toda la noche, ahí no hay tecnología que valga. Sí, la radio, el radar y el AIS para detectarlos, pero sigue siendo tu decisión personal, tu experiencia, tu pericia marinera las que te permiten navegar. Y además, de vez en cuando, los aparatos se van al diablo, se estropean las baterías, el GPS; y entonces, te encuentras en la mar y tienes las estrellas, el compás y tus conocimientos para navegar por estima. El mar continuamente te está dando la oportunidad, no de vivir una aventura estúpida, sino una aventura racional, meditada, experimentada y calculada.

Pregunta.- Esto del navegar, ¿se está convirtiendo en algo masificado, como el volar en avión?

Respuesta.- Bueno, está masificado si uno se va a Benidorm o a Mallorca, pero si estás en mitad del invierno -yo navego todo el año- en el golfo de León con un viento de treinta nudos, o estás navegando de noche entre Cerdeña e Italia o en las Islas Eólicas, eso no está masificado en absoluto. La cuestión es buscar los sitios que no están masificados. Le pongo un ejemplo, si se fondea en Los Trocados de Formentera en el mes de agosto, ahí hay cientos de barcos fondeados; en el mes de enero, yo he estado fondeado allí solo tres días, todo aquel magnífico fondeadero sólo para mí. Todo es cuestión de elegir el momento y yo tengo la ventaja, por mi trabajo, de poder elegir. No dependo de vacaciones, soy mi propio jefe y cuando quiero, me voy a navegar. Cuando estoy muy cansado de trabajar, me voy unos días y puedo elegir épocas que no están muy masificadas. Ahí soy muy afortunado.

Pregunta.- Se cruzará, mientras navega, con grandes cruceros, de 300 metros de eslora y con cuatro mil personas a bordo. ¿Qué piensa cuando los ve?

Respuesta.- Me los cruzo, sí. Pienso que son hoteles a flote, que no están dirigidos por marinos, sino por una especie de sindicato de camareros y de animadores, y son lugares peligrosos, precisamente por eso. No me inspiran confianza.

Pregunta.- ¿Y tristeza?

Respuesta.- No, no me entristecen, el mundo es así. Como tampoco me entristecen los rascacielos. Ahora bien, no es la idea que yo tengo del mar ni de los marinos, y el «Costa Concordia» lo demostró