“Hay do s países con una genialidad especial: Italia y España. El Imperio Romano y el Español lo demuestran”
[Por Jesús Úbeda]
Cayetano Martínez de Irujo Fitz-James Stuart (Madrid, 1963) es el IV duque de Arjona, el XIV conde de Salvatierra, y el quinto hijo de Cayetana de Alba y Luis Martínez de Irujo. Desciende de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, considerado por no pocos historiadores como el mejor general del siglo XVI, y pertenece a una casa nobiliaria cuyo origen se remonta a la Baja Edad Media. Como cuenta a FD Magazine, la historia de su familia le generó una “confusión muy grande”, sobre todo, porque nunca le explicaron nada. Deportista, empresario, exgestor de la Casa, terminó descifrando su galimatías personal/sentimental/psicológico no ha tanto, en un centro de terapia estadouniden se. Considera que España es un país con duende, reivindica a su madre por haber traído el patrimonio familiar “al siglo XXI” y se entusiasma hablando de la Transición. Conversamos sobre su historia, la de su familia y, cómo no, sobre la del país:
“La Historia de España del color que tengan las turbulencias”
Pregunta.- Su abolengo no es moco de pavo…
Respuesta.- .(Risas) Salvatierra es un condado muy antiguo, y Arjona es el ducado más antiguo de España. Más que Medinaceli y más que Albuquerque. ¿Quinto hijo de los duques de Alba? Mi hermano mayor dice que los Alba son él y sus hijos (risas).
Pregunta.- ¿Y qué hacemos con los genes entonces?
Respuesta.- .(Risas) ¡Ahí estamos! Somos hijos de la misma madre y del mismo padre. Eso no lo cambia nadie.
Pregunta.- En De Cayetana a Cayetano (La Esfera de los Libros, 2019), usted describía la historia de su familia como “memorable y fatigosa”, y señalaba que “ha recaído sobre nuestros hombros como una losa, al marcar una determinada educación y una forma de vivir suspendida en el tiempo”.
Respuesta.- La historia de mi familia me afectó, me imagino, como a todos mis hermanos. Visto el resultado, creo que les ha afectado a todos, no puede ser de otra manera. A mí me afectó con una confusión muy grande. Sobre todo, porque nunca me explicaron nada. Por lo menos, los tres mayores tuvieron la explicación de mi padre, el porqué nos seguían educando como a aristócratas, como a miembros de la nobleza más alta, cuando los tiempos empezaban a cambiar notablemente: en los últimos treinta años, el mundo ha cambiado más que en los últimos trescientos. Entonces, para mí fue muy confuso. Por como soy y porque nunca me explicaron nada. Todo lo deduje de lo que oía, sentía y vivía, pero claro, si no te dan una explicación, es muy, muy difícil entender determinadas cosas.
Pregunta.- Usted se hizo cargo de la gestión del patrimonio de la Casa de Alba. La responsabilidad no fue chica.
Respuesta.- Eso fue, por un lado, una enorme responsabilidad y, por otro lado, una increíble satisfacción. Fui el elegido de mi madre y, por ello, he pagado un precio tremendo, perdiendo a cuatro hermanos. Pero ser el elegido de ella también supuso un orgullo enorme, incalculable. Recuperé a mi madre al 100% gracias a eso. Durante los seis años que dirigí la Casa, tuve una relación con ella tan estrecha que recuperé los cuarenta años anteriores, en los que me sentí muy solo y un poco abandonado.
Pregunta.- Señor Martínez de Irujo, ¿cuál es el episodio que más le llena de orgullo de toda la historia de su familia?
Respuesta.- En la Historia total, las grandes conquistas del Gran Duque de Alba. Para mí, fue mucho más importante que el Conde Duque de Olivares. Ha habido grandes personajes en la historia de nuestra familia, pero las 18 grandes batallas que llevó a cabo el duque de Alba y que ganó todas… Tengo algo de guerrero, y sí, me parecen increíbles la inteligencia, la estrategia, la capacidad de conjunción y la capacidad de liderazgo de ese hombre. Las hazañas que hizo para España en el mundo son inolvidables e irrepetibles. Y luego, de los 56 años que he vivido, cuando mi madre abrió el Palacio de Liria para la reina Victoria Eugenia, con la oposición de Franco, porque era un poco líder del sector monárquico de la sociedad española. Se hizo un besamanos que duró seis u ocho horas. La gente entraba por una parte del jardín y salía por otra. Y Liria fue la casa de la reina Victoria con la oposición de Franco.
Pregunta.- ¿Y cuál es el que más le avergüenza?
Respuesta.- Pues mira, si te digo la verdad, porque ya no tengo ningún tapujo, nosotros, en general, hemos vivido con una cierta vergüenza. Creo que todos los hermanos. A pesar de que algunos tuvieron más explicación de otros, como Fernando y yo, que no tuvimos ninguna, vivíamos de una manera que ya empezaba a no tener nada que ver con la realidad de la sociedad. Entonces, fíjate que mi madre se adaptaba como nadie a los tiempos, pero ella, como no hablaba mucho con nosotros de nada, nada más que de cosas generales, no nos explicaba nada. Ella cambiaba, pero nosotros seguíamos en el camino que nos habían encarrilado. Con nuestras rebeliones internas, con nuestras confusiones y, desde luego, con mucha vergüenza. No somos una familia real, pero tampoco personas normales.
Pregunta.- ¿España podría entenderse sin la Casa de Alba?
Respuesta.- Hombre, sí. España ha sido uno de los grandes imperios del mundo y se puede entender sin cualquiera. Es como cuando dices que una entidad como el Madrid se podría entender sin Santiago Bernabéu: hubiera sido un poco diferente, pero no hubiera dejado de ser el Real Madrid. Estoy seguro de eso. España es España y tienen valor todos los españoles, todos aquellos que hicieron que fuéramos uno de los mayores imperios del mundo. Pero no cabe duda que la Casa de Alba ha tenido un peso y una importancia histórica muy relevante, muy protagonista. Y lo más importante para mí, independientemente del Gran Duque, ha sido que mi madre ha traído todo ese patrimonio al siglo XXI. Eso es algo histórico, y lo ejecuté yo con una donación en el año 2011. Esa fecha es una de las más importantes de la historia de la familia.
Pregunta.- ¿De qué color es la Historia de España: negra, rosa, hay grises?
Respuesta.- Pues… ¿de qué color son las turbulencias? (Risas) La Historia de España es del color que tengan las turbulencias. No sé por qué, los españoles tenemos, por un lado, tanto orgullo, tantas buenas cualidades, tanta capacidad de improvisación y genialidad, y, por otro, tenemos ese instinto de autodestrucción y ese complejo. Eso hace que tengamos una turbulencia casi constante
Pregunta.- ¿La Historia de España tiene un plus de originalidad con respecto a la de otros países?
Respuesta.- Sí, sin ninguna duda. Hay dos países con una genialidad especial: Italia y España. El Imperio Romano y el Español lo demuestran. El resto de países que han sido grandes imperios, como Inglaterra, los han sido por disciplina, educación, sacrificio… No digo que en Italia y en España no hubiera esas cualidades, evidentemente, pero el duende que tiene España, y que tiene Italia, no es algo que encuentres en otros países.
Pregunta.- ¿Cuál es el episodio de nuestra Historia que más le llama la atención?
Respuesta.- La Transición a la monarquía y a la democracia. Fue algo histórico. Lo viví siendo muy pequeño, pero fue impresionante. Cómo el rey Juan Carlos dio un paso p’alante, cómo don Juan abdicó en beneficio de su hijo por el beneficio de España, cómo Suárez se reunió con Felipe González, con Carrillo, y el PCE ya se daba cuenta de que el comunismo estaba fracasado y de que el sistema empezaba a enterrarse en el mundo… Conseguir la Transición es una parte histórica de España impresionante. La Transición, que la he vivido, es el episodio histórico que más me ha impactado. Y ver ahora que hay un sector en el Gobierno que todavía quiere revivir un sistema que está absolutamente fracasado y enterrado en el mundo, crea unas turbulencias… Volver al comunismo está fuera del sentido común.
Pregunta.- ¿Y el que más le desagrada?
Respuesta.- La Guerra Civil. Sin duda. Porque fue muy triste, causó muchos muertos y unas heridas que no se habían cerrado del todo y que Zapatero volvió a abrir. Eso es tremendo en el país.
Pregunta.- “Memoria” e “Historia”: ¿son palabras que encajan bien?
Respuesta.- Sí. Encajan bien. Porque para conocer la Historia debes tener memoria. La memoria es muy importante, prácticamente, para todo. Siempre hay que estar en el presente y mirar en el futuro, pero lo que ha ocurrido en el pasado es lo que te hace ser lo que eres en este momento. Hay que tener memoria con la Historia, claro.
Pregunta.- Finalmente: usted ha criticado la apertura de Liria al público. La considera “un acto inmoral”. ¿Por qué?
Respuesta.- Pues mira, a día de hoy, estoy pasando página. Como te he dicho antes, he perdido a cuatro hermanos y eso ha sido muy triste. Han sido muy duros estos últimos cinco años, pero hay que seguir adelante. Quizá, estoy demasiado impregnado por la mentalidad de mi madre y por la razón por la que se reconstruyó el Palacio de Liria. La gente piensa que la Casa de Alba tenía una fortuna. Y sí que la tenía: en la época de mi padre. Pero esa fortuna se ha dilapidado en los 45 años que han pasado desde que mi padre se fue. Entonces, nosotros no hemos heredado ni un céntimo. Eso quiere decir que todo se ha ido en la manutención que hizo mi madre de los cuatro palacios y del resto de las casas. Del patrimonio, en general. No se gasta parte de la fortuna, que hubo que vender bastantes tierras, en reconstruir un palacio de esas dimensiones para convertirlo en un museo en cuanto te lo dan. Y más, después de haber estado todos implicados en la causa, en cuerpo y alma, con el resultado de haber heredado unas propiedades, pero cero euros. Cero euros. Entonces, moralmente, el que ha heredado esos palacios y lo que es rentable para mantener esos palacios, pues… Por eso me parece inmoral. Ya estoy abriéndome y pasando página, pero esa es la razón.