“La Historia debe estar en manos de los historiadores; no se puede aplicar a golpe de ley”

[Por Jesús Fernández Úbeda]

José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) es alcalde de la capital del Reino, «castillo famoso / que al rey moro alivia el miedo» (Moratín), desde el pasado 15 de junio, cuando fue investido con el apoyo de los 15 concejales del PP –su partido–, los 11 de Cs y los 4 de Vox. Benjamín de una familia de seis hermanos, nieto de José Luis Navascués –dueño de los estudios Chamartín, ganador del Oso de Plata de la Berlinale en 1955 por producir Marcelino pan y vino–, abogado de profesión,«aguirrista» declarado y colchonero, en su programa electoral incluyó propuestas relacionadas con la recuperación o el estudio de la Historia, como «reivindicar nuestras raíces culturales y religiosas» o «promover una comisión de conmemoraciones culturales». Por ello, FD Magazine lo entrevistó dos días antes del 12 de Octubre, Fiesta Nacional y Día de la Hispanidad, en la única sala del Ayuntamiento de la Villa que no ha sido reformada. En el encuentro, el regidor mostró una humildad, una sencillez y una simpatía sorprendentes, y conversamos sobre política, digamos, histórica-cultural y, especialmente, sobre Historia de España.

No hay que hacer reivindicaciones folclóricas, pero tampoco alimentar una leyenda negra injustificada

Pregunta.- Si yo le digo Augusto Ferrer-Dalmau, usted me dice…

Respuesta.- Tipo especial. En su forma de vida, en su forma de entender el arte, en lo que se ha dedicado. Es una de esas personas que merece la pena conocer en la vida.

Pregunta.- Señor Martínez-Almeida, ¿qué me puede contar sobre la estatua de los Tercios que ha diseñado el pintor de batallas?

Respuesta.- Va a ser una suerte para Madrid poder disponer de una estatua de los Tercios y que el boceto lo haya hecho precisamente Augusto Ferrer-Dalmau, y que, por otra parte, el escultor sea Salvador Amaya, quien también ha hecho la estatua de los Héroes de Bailén, que se va a inaugurar próximamente. Madrid, como capital de la nación, debe tener ese homenaje a los Tercios.

Pregunta.- Pasado mañana celebraremos la Fiesta Nacional, el Día de la Hispanidad. ¿Qué representa para usted esta fecha?

Respuesta.- Lo mejor de la Historia de España. Un resumen de lo que ha supuesto España en la Historia de la Humanidad. Creo que, por tanto, debemos sentirnos muy orgullosos de que en 1492 fuéramos capaces de conseguir esa gesta: cruzar el océano Atlántico, descubrir un continente entero, posteriormente, una conquista que yo no definiría como «conquista» en términos militares, porque, realmente, conseguimos trasladar una cultura a todo un continente…

Pregunta.- ¿Y qué representa el 12 de Octubre para la ciudad de Madrid?

Respuesta.- Es la capital de la nación. Ese es un legado que tenemos que saber valorar, saber acrecentar y que, desde luego, tenemos que trasladar a los madrileños que somos la orgullosa capital de la nación. Uno de los ejes de mi campaña electoral fue, precisamente, recuperar esa identidad de orgullo de Madrid como capital de la nación. Por eso, el primer bando que he dictado como alcalde lo he dedicado al 12 de Octubre, animando a los madrileños a que salgan a las calles a celebrar junto a Sus Majestades los Reyes, las Fuerzas Armadas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado esta fiesta.

Pregunta.- Hablemos de los aspectos histórico-culturales que planteaba en su programa electoral. Usted proponía reivindicar «nuestras raíces culturales y religiosas». ¿Cuáles son? ¿Y cómo reivindicarlas?

Respuesta.- Hay que reivindicar el humanismo cristiano que, por cierto, bebe también de las fuentes de Grecia y de Roma, que son antecedentes necesarios para entender la conformación de España como nación. Tenemos que reivindicarlas no en el sentido religioso meramente, eso es una cuestión que pertenece a cada uno, pero sí como parte de la identidad de la nación que hemos construido a lo largo de los siglos y que, por tanto, no podemos olvidar ni ignorar ni despreciar ni arrinconar, que es lo que por parte de determinados sectores de la sociedad española siempre se ha pretendido. Yo no pretendo una reivindicación, como no puede ser de otra manera, del nacional-catolicismo. Ni mucho menos. Pretendo reivindicar los rasgos esenciales que definen la identidad cultural, social, histórica de España y, entre esos rasgos, están Grecia, Roma, el humanismo cristiano, el descubrimiento de América, el Siglo de Oro o el desastre de 1898 y sus consecuencias. No cabe duda de que España, con más luces que sombras, ha sido una de las naciones que han forjado la civilización y la Historia de la Humanidad. Por eso debemos sentirnos profundamente orgullosos de ser españoles. Esto no quiere decir que desconozcamos que hemos cometido errores, que en ocasiones hemos cometido acciones sin ningún tipo de justificación, pero lo que no podemos hacer es destruir de donde venimos. Porque si lo hacemos, ignoramos nuestras raíces, llegaremos a una tierra de nadie.

Pregunta.- Tengo la sensación, puede que equivocada, de que la izquierda sólo se ocupa, cuando no se obsesiona, de las miserias, de los rincones oscuros de la Historia de España, de los asesinos, los ladrones y los puteros, obviando lo bueno y lo noble, mientras que la derecha no hace otra cosa que fabricar héroes, santificar, revitalizar épicas, apartar lo que nos mancha. ¿Lo comparte?

Respuesta.- Hay que matizar. No toda la izquierda participa de esa concepción de España. Buena parte de la izquierda, y así se demostró en la II República y en la Guerra Civil, defendía una determinada concepción de España que no ignoraba lo que era España, que no pretendía suprimir nuestras raíces. Por otra parte, hay una derecha que cree que todo lo que hemos hecho en la Historia es extraordinario, y, como toda gran nación, y no hay muchas que puedan calificarse como grandes naciones en los términos que históricamente se pueden asignar a España, no ha habido un imperio con la extensión del de España que haya durado lo que el imperio español. Por tanto, digo que hay que hacer un análisis ecuánime de la Historia. No hay que hacer reivindicaciones folclóricas, pero tampoco alimentar una leyenda negra injustificada. Y eso se da en los extremos, tanto a la derecha como a la izquierda, y eso no se puede hacer. No podemos obviar que España está situada en uno de los grandes lugares de la Historia, y no por haber hecho todo mal, sino porque ha logrado grandes gestas. Pero esas grandes gestas no están exentas de miseria. Lo que sí digo es que podemos sentirnos orgullosos de ser españoles y de pertenecer a una nación como España.

Pregunta.- También pretende promover una comisión de conmemoraciones culturales. ¿Qué baraja conmemorar?

Respuesta.- Tenemos que recuperar buena parte de la historia y de la cultura de España y tratar de transmitirlo a las generaciones venideras. Creo que ha habido una parte de la izquierda, sinceramente lo pienso, que ha hecho un esfuerzo demoledor en términos de deconstrucción histórica de España y, por tanto, de demonización de muchos episodios que no tienen nada de demonios y que son buenas gestas. Por tanto, aquella parte de la izquierda que tilda el descubrimiento de América de lamentable, de genocidio, de masacre, etcétera, transmite una idea que no se corresponde con la realidad. Han causado daño aquellos que dicen que la Reconquista fue un ejercicio de barbarie contra aquellos que nos habían traído los mejores valores culturales, teniendo en cuenta que casi toda nuestra herencia era romana, que no es mala herencia, por cierto. Y es obvio que existe una leyenda negra sobre España y que no se ha hecho únicamente fuera: se ha hecho intramuros. Por eso hay que generar no una comisión de exaltación, sino de conmemoraciones culturales. Por ejemplo, el año que viene la haremos sobre Benito Pérez Galdós.

Pregunta.- El 4 de enero, centenario de su muerte.

Respuesta.- Justo. Me parece muy razonable que lo hagamos. O la estatua de los Tercios. Son episodios que tenemos que reivindicar y que tenemos que transmitir frente a ese ejercicio de propaganda masivo que ha habido por parte de determinados sectores habitualmente identificados con la izquierda, para qué negarlo. (Piensa) El otro día estuve reunido con Chani Pérez Henares y con Isabel San Sebastián. Y me lo explicitaron de un modo que me parece muy acertado. Me hablaron del patriotismo cultural. Y me parece muy razonable plantearlo en esos términos. Entiendo las discrepancias sobre el concepto de España o sobre cómo entender la historia de la nación en su conjunto, pero si hablamos de patriotismo cultural, parece difícil discutir que no tengamos una cultura y un legado que no podamos transmitir.

Pregunta.- No se puede mirar la Historia desde el presentismo, esa peste que está tan de moda y que parece que va para rato.

Respuesta.- Va para largo, sí. No podemos juzgar actitudes y conductas que se produjeron hace una serie de siglos, conforme a una serie de usos, normas y costumbres que en aquel momento había. Por algo la civilización progresa. La civilización debe superar aquellos comportamientos que, efectivamente, se comprueba que no se ajustan. No hay que olvidar que la sala de las Naciones Unidas en la que se tratan los Derechos Humanos tiene un nombre: Francisco de Vitoria. ¡Se llama Francisco de Vitoria, que fue el primero, con la Escuela de Salamanca, que promulga la primera teoría sobre los Derechos Humanos! De la cual, por cierto, procede que a diferencia del imperio anglosajón, nosotros no tuvimos ningún problema en mezcolanza. Absolutamente ninguno.

Pregunta.- ¿Qué es Madrid Otra Mirada?

Respuesta.- Es un programa que se impulsa desde el Ayuntamiento mediante el cual pretendemos abrir una serie de edificios históricos para que los madrileños puedan visitarlos. Por ejemplo: el Convento de las Comendadoras. Es una maravilla. Gran parte de lo que es la Historia de España está en ese convento, en la Sacristía de los Caballeros. Y, como las Comendadoras, tantos edificios por los cuales pasamos muchas veces y, con suerte, nos preguntamos: «¿Qué hay dentro?». Pero no nos planteamos entrar. Desde el Ayuntamiento, decimos: «Oye, échale una mirada de verdad. Te los vamos a explicar. Merece la pena entrar».

Pregunta.- ¿La Historia de España tiene un plus de originalidad con respecto a la de otros países?

Respuesta.- Por España han pasado todos. Entre unas cosas y otras, tenemos un cruce de culturas muy importante. Y creo que esa diversidad bien entendida, no la diversidad de la que habla la izquierda, ha forjado un determinado carácter que es original. Luego, los españoles, al final tardamos siete siglos, pero reconquistamos España. Después, descubrimos América. Después, dominamos prácticamente Europa y nos fuimos hacia Asia, donde dominamos Filipinas. Acabamos de conmemorar que un español culminó la circunnavegación del mundo. Y luego, durante 150-200 años, dominamos el mundo.

Pregunta.- Y luego, lo mandamos todo al carajo.

Respuesta.- Hicimos lo que tanto nos encanta hacer a los españoles: mandarlo todo al carajo y echarnos la culpa los unos a los otros. Eso sí, también digo una cosa, y es muy importante del carácter español: nos estaremos pegando, pero, al final, cuando nos agreden a uno, muchas veces nos agreden a todos, y salimos en defensa del agredido.

Pregunta.- Qué optimista es, alcalde.

Respuesta.- No, no. En Madrid tenemos un buen ejemplo: el Dos de Mayo de 1808.

Pregunta.- Entonces no había Twitter.

Respuesta.- También es verdad (risas). Luego, tenemos ese espíritu quijotesco que ha dado gestas militares muy importantes, que son difíciles en otros países.

Pregunta.- ¿Cuál es el episodio de nuestra Historia que más le llama la atención?

Respuesta.- Me fascinan desde pequeño Juan de Austria y la Batalla de Lepanto. Se junta un poco todo: el choque de culturas, cómo se configura la armada, la Santa Alianza, cómo el Papa decide que tiene que ser Juan de Austria, toda la batalla, la llegada al golfo de Tarento, la leyenda de que si no hubieran llegado, los turcos definitivamente hubieran dominado Europa, que Cervantes estuviera en esa batalla y la pudiera glosar… Si luego me dices: «Sé un poco políticamente correcto», el Dos de Mayo de 1808.

Pregunta.- ¿Y alguno que le desagrade?

Respuesta.- Me desagrada profundamente la Guerra Civil. Profundamente. Fue un fracaso de todos. No tenía justificación que llegásemos a ese punto.

Pregunta.- Ley, memoria e Historia: ¿son palabras que encajan bien?

Respuesta.- La memoria no puede ser histórica en los términos planteados por José Luis Rodríguez Zapatero. Primero, la memoria o, mejor dicho, la Historia debe estar en manos de los historiadores. La Historia no se puede aplicar a golpe de ley. No se puede decir qué versión de la Historia es buena y qué versión es mala. No se puede distinguir entre buenos y malos exclusivamente porque estuvieran adscritos a uno u otro bando, entre otras cosas, porque unos estaban adscritos a uno o a otro bando por pura obligación y, por tanto, es muy difícil defender eso. Nadie dice que no haya que reparar heridas, que no haya que dar digna sepultura a todos los que murieron, que no se cometieran profundas injusticias que, en la medida de nuestras posibilidades, se tienen que resolver. Pero la Ley de Memoria Histórica dice que unos fueron los buenos y otros los malos, y yo discrepo con que unos fueran los buenos y otros los malos.

Pregunta.- Sé que usted no estaba en aquel Ejecutivo, pero el Gobierno de Rajoy, con mayoría absoluta, no la tocó.

Respuesta.- Y creo que nos equivocamos. Y ya que había que derogarla, a lo mejor procedía hacer una ley de verdadera reconciliación. Ya que se hace una ley, aunque yo no soy partidario de hacer una ley para estas cosas, porque la Historia hay que dejársela a los historiadores, pero sí es cierto que hay cosas pendientes, cosas que resolver, pues que se resuelvan con una ley que busque la reconciliación. Es asombroso, pero, al final, los nietos están abriendo las heridas que los abuelos cerraron. Los que no vivieron la guerra están abriendo las heridas que cerraron los que la vivieron.

Pregunta.- ¿El nacionalismo se ha apropiado del relato histórico?

Respuesta.- Creo que el nacionalismo, primero, ha falseado un relato. El nacionalismo periférico ha falseado un relato. Yo creo que todo el mundo sabe que lo que sucedió en Cataluña fue una guerra entre españoles: unos que estaban con el archiduque Carlos y otros que estaban con Felipe de Anjou. Es así de sencillo. Rafael Casanova no combatió por la república catalana o por una monarquía catalana. Combatió por el archiduque Carlos y perdió la guerra. La Diada, el 11 de septiembre, no sólo está reviviendo una derrota. Lo que revive es un enfrentamiento entre españoles. Desde ese punto de vista, sí es cierto que el nacionalismo ha ejercido un falseamiento de la Historia. Lo mismo sucede en el nacionalismo vasco: nunca tuvo los siete territorios que están reclamando, nunca conformó una unidad nacional ni, por supuesto, Navarra formó parte del País Vasco. Sin embargo, se ha producido ese cierto falseamiento. ¿Por qué? Porque el nacionalismo exacerba los sentimientos. Y para eso, necesita la creación de una serie de mitos. Y en ese proceso, es donde hay ese falseamiento general que ha conducido, en buena medida, a la situación que vivimos actualmente.

Pregunta.- ¿Por qué cree que no hay un Museo de la Historia de España?

Respuesta.- (Piensa) Diría que por dejadez. Por el «vaya lío»: si no nos ponemos de acuerdo en si la Reconquista estuvo bien o mal… Uff…

Pregunta.- Y, para finalizar, si sólo pudiera dar dinero a un sitio, ¿lo donaría a la catedral de Notre Dame o a replantar Guadarrama?

Respuesta.- Guadarrama? Vamos a ver, uno: me equivoqué en no decirle una cosa a los niños: no son proposiciones contradictorias: no se puede partir de la falsedad del debate de «sólo se lo puedes dar a un sitio». Eso es reduccionista. Lo que tendría que haberle dicho a los niños es: «Es reduccionista. Os están metiendo en una trampa». No es incompatible dar a Notre Dame y dar al Amazonas, barra, Guadarrama. Dos: ¿por qué dije Notre Dame? Primero: porque es una opción perfectamente válida y legítima, igual que es válido y legítimo darlo al Amazonas. Siguiente: porque los niños, está claro, conocen muy bien lo que es el Amazonas, pero ninguno prácticamente sabía lo que era Notre Dame. Y no saber Notre Dame es una tragedia. Y no estoy hablando desde el punto de vista religioso. Estoy hablando del punto de vista cultural. Y, si me permites, concluyo con una frase: el Amazonas se incendiaba exactamente igual con Lula que con Bolsonaro. Pero la histeria está con Bolsonaro y no con un tipo que ahora mismo está en la cárcel, por cierto

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